Osvaldo Pepe escribe hoy: "No todo queda en la artillería verbal de la Presidenta y los obsecuentes
de su gabinete: sus brigadas más combativas vienen pintando paredes de
la Ciudad y el Gran Buenos Aires con consignas agresivas acerca
del diferendo judicial por la ley de medios. Cristina no se priva de
enviar una y otra vez mensajes a la Justicia, en una actitud vedada a su alcance por mandato de la letra constitucional que ella misma juró cumplir y respetar en 1994, y que en el artículo 109 dice: “En ningún caso el presidente de la Nación puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas”.
Cristina habla cada vez más como la jefa de una facción: extraña actitud para quien suele ser presentada por la locutora oficial como “la Presidenta de los más de 40 millones de argentinos”".
Después se dedica a igualar una ley de la democracia, votada por amplias mayorías y debatida durante décadas, con una maniobra nazi: "Mientras tanto, ayer, en San Pablo, la Comisión de Libertad de Expresión de la Sociedad Interamericana de Prensa puso a la Argentina en el foco de las preocupaciones, en la misma vidriera que Venezuela y Ecuador, anticipando que analiza el envío de una misión para observar el
proceso previo del llamado por el kirchnerismo 7 D, a esta altura una
campaña con tintes totalitarios, por aquello de “la simplificación y el enemigo único”, tan a gusto de Goebbels, zar de la comunicación de Adolph Hitler".
Por su parte, Adrián Ventura, empleado del Grupo en TN, suma más causales, en un imaginario juicio a la Lugo, y llama a los jueces: "En épocas de crisis, la política termina absorbiendo y diluyendo
cualquier atisbo de independencia judicial. Eso es lo que está
ocurriendo, una vez más, en la Argentina: más allá de cualquier
consideración económica, el Gobierno perdió el pudor por todo límite
institucional y pone en crisis al sistema.
En un escenario donde la sociedad por momentos se puede sentir
arrinconada y ve amenazados sus derechos, ¿qué rol tienen los jueces?
Son los jueces, a veces proclives a acercarse al poder
político, a veces temerosos, los que tienen que hacer una decisión
crucial para el sistema: ¿qué rol quieren asumir en una democracia?
¿Débil? ¿Complaciente? ¿De meros acompañantes del modelo de turno? ¿O
bien pueden ser quienes ayuden a madurar a los gobiernos adolescentes?
Hace muchas décadas que una parte de la Argentina
espera esa decisión. Es cierto que es bueno que los problemas políticos
se resuelvan dentro de la política. Pero, a veces, eso no alcanza. Y
tampoco alcanza con limitarse a culpar a la política de todas las
fallas".
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1 comentarios:
Hace rato, me parece, que vienen trabajando en esa línea. Más en bien en el plano discursivo, buscando la instalación de una semántica 'de sentido común' que descalifique la legitimidad del gobierno, para intentar alguna movida de este tipo. Hay que tener mucho cuidado, creo.
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