Damián Loreti es uno de los fundadores de la Coalición por una
Radiodifusión Democrática, y coautor de los "21 principios básicos para
la radiodifusión de la democracia". Es abogado (Universidad de Buenos Aires -UBA-) y doctor en
Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Fue
dDirector de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de
Ciencias Sociales de la UBA (2002-2006) y vicedecano de la Facultad de
Ciencias Sociales de la UBA (2006 - 2010). Forma parte de la Comisión
Directiva del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales).
"Hay una relectura mucho más generalizada en la sociedad del rol de
los medios, la cual todavía no entra al nudo de para qué sirve la
libertad de expresión, si para la mera satisfacción de intereses
personales, o como aporte a la constitución de un estado de derecho
democrático, o una mirada que tienda más a la libertad de expresión como
soporte en el ejercicio del pluralismo y la diversidad.
Como veo el estado de la libertad de expresión (que no es lo mismo
que el estado del debate), la veo iniciando un camino hacia el desahogo.
Yo creo que la Argentina entró en un proceso de una larga transición
hacia un modelo de desahogo de la voz".
"Hoy el Estado tiene diferentes unidades con responsabilidades en
materia de comunicación diseminadas por diversos ministerios. Una de las
cosas que nos parece importante discutir es la necesidad de concentrar
estratégicamente las herramientas de políticas culturales en un sólo
"lugar de la administración".
Lo han hecho los franceses con Jacques Lang y mal no les fue. Estaban
en una pelea frente a los norteamericanos a la hora de discutir la
ronda de Uruguay del GATT y el tema de la Excepción Cultural para las
industrias culturales. Y ese proceso explosivo de la industria cultural
francesa implicó concentrar comunicación y cultura y me parece que en
ese sentido dio resultado.
El tema que alguna cosa debería quedar afuera de eso. Básicamente no
deberías reunir a una autoridad aplicación destinada a regular los
medios de comunicación y a un medio estatal regulado bajo una misma
órbita porque a veces puede traer complicaciones".
"Me parece que lo primero que hay que pensar en cómo se pone en
práctica toda la Ley. En términos de otros horizontes me parece que nos
queda, no en términos de radiodifusión sino más grandes, llegar a la
aplicación una política de convergencia tecnológica más intensa. Me
parece que hay que discutir una ley de Acceso a la Información como ley,
no sólo decreto, es decir que comprometa al parlamento y al Poder
Judicial y ya hay media sanción sobre esto. Me parece que tenemos que
pensar en una Ley de cláusula de conciencia a favor de los periodistas.
Me parece central la ley de Cine, que está montada en la estructura
fílmica y ahí hay un proceso, de vuelta, vinculado a la convergencia al
que prestarle atención, ¿qué son las películas de Internet?, ¿es un
servicio comunicación audiovisual?, ¿cómo se financia?; son un actor que
me parece que tiene estar contemplado.
Me parece que en términos de derecho y cultura también hay algo que
reflexionar sobre la ley de Propiedad Intelectual en dos órdenes. El
primero, en orden a la flexibilización de ciertos usos de la propiedad
intelectual, y, sin que esto implique adherir necesariamente a eso,
poner en juego las discusiones vinculadas a Copyleft, a Creative Commons
y al derecho de copia individual. Y, por otro lado que reconozca los
derechos de los creadores de modo más explícito. Sólo por dar un
ejemplo: en Uruguay la Ley de Propiedad Intelectual incorporó una
cláusula diciendo que cuando los periodistas dan sus notas a los medios
en los cuales trabajan se presume que es por el primer uso y que después
recuperan sus derechos".
"Hay quienes dicen que el artículo 161 es el corazón de la ley, yo
creo que no. Tiene una importancia fundamental pero no es el corazón de
la ley. El corazón de la ley son las instancias de pluralismo y
diversidad. La ley es una plataforma de generación de nuevos espacios de
información y estética, basados en criterios de pluralismo, diversidad y
promoción.El artículo 161 es crucial en la medida en que la formación de nuevos
mercados, sobre todo estos que tienen que ver con los derechos de
exhibición, se tornan muy complejos por el proceso de integración
vertical que tienen los grupos. Hay que generar nuevos espacios de
promoción de diversidad y pluralismo de la mano de ver cómo se contienen
los mercados integrados del mismo modo que lo hace la legislación
norteamericana o europea.
El artículo 161 es el que permite desconcentrar las industrias
integradas vertical y horizontalmente en condiciones de abuso de
posición dominante –al menos – y de prácticas monopólicas en otros casos
y por supuesto que es importante. Pero el corazón de la ley para mí es
la plataforma de diversidad y de pluralismo que brinda".
"Con los derechos sobre la discusión de la concentración de los
derechos de la programación se hacen palpables los cambios que introdujo la Ley de Medios. Que no es solamente “Fútbol para Todos”.
Tiene que ver con las reglas de cómo se discutió con los titulares de
derechos de exhibición de muchos deportes la posibilidad de que se
dieran esos deportes en televisión abierta del interior. Específicamente
no cito el fútbol, en orden a que hay deportes que hacen a la identidad
de un lugar, el vóley y el básquet se transformaron en el ícono de
muchas ciudades del país. Eso permite generar no solo movimiento
económico sino revalorizar cosas. Igualmente creo que los temas de
derechos de contenidos relevantes deberían trascender del deporte cosa
que no todos piensan. Un ejemplo de esto es la re-inauguración del Colón
que no se vio por televisión abierta, algunos podrán decir que eso no
interesa, para mí sí.La obligatoriedad del informativo propio está pesando en muchas
localidades del interior. Los llamados a concurso para Televisión
Digital implicaron que la gente empiece a organizarse para tener ya
nuevas señales a partir de las cuales después concursarán por un espacio
propio en el espectro.
De modo no explicitado pero la ley tiene un artículo, que es el 153,
que establece mecanismos de coaching, de trabajo conjunto entre el
Estado y los privados. Que para mí, insisto que de modo no explícito, es
el modelo del BACUA (Banco Audiovisual de Contenidos Universales
Argentino) y del Acua (Árbol de Contenidos Universales Argentino) que se
hacen sobre un modelo de televisión por más que el concurso lo haga el
Instituto de Cine como sede".
"En América Latina es muy difícil que las organizaciones civiles
coronen sin la voluntad política del Estado. Me parece que uno de los
temas puede tener que ver con discutir los derechos del público. También
ver hasta dónde va la industria de los diarios. Armar un consejo para
acompañar al defensor del público ni bien se lo nombre. Me parece que la
sociedad civil y las organizaciones sociales deberán tener un rol
protagónico cuando se discuta la renovación de las licencias en
audiencias públicas".
Fuente
miércoles, 17 de octubre de 2012
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