"Venezuela es un país muy rico, por los fabulosos tesoros de su
subsuelo, en particular sus hidrocarburos. Pero casi todas esas riquezas
estaban acaparadas por las élites políticas y las empresas
transnacionales. Hasta 1999, el pueblo sólo recibía migajas. Los
gobiernos que se alternaban, democrata-cristianos o social-demócratas,
corruptos y sometidos a los mercados, privatizaban indiscriminadamente.
Más de la mitad de los venezolanos vivía por debajo del umbral de
pobreza (un 70,8% en 1996).
Chávez hizo que la voluntad política prevaleciera. Domesticó los
mercados, detuvo la ofensiva neoliberal y posteriormente, mediante la
implicación popular, hizo que el Estado se reapropiara de los sectores
estratégicos de la economía. Recuperó la soberanía nacional. Y con ella,
ha procedido a la redistribución de la riqueza, en favor de los
servicios públicos y de los olvidados.
Tal huracán de cambios ha volteado las estructuras tradicionales del
poder y acarreado la refundación de una sociedad que hasta entonces
había sido jerárquica, vertical, elitista. Esto sólo podía desencadenar
el odio de las clases dominantes, convencidas de ser los legítimos
dueños del país. Son estas clases burguesas las que, con sus amigos
protectores de Washington, vienen financiando las grandes campañas de
difamación contra Chávez. Hasta llegaron a organizar –en alianza con los
grandes medios que les pertenecen– un golpe de Estado el 11 de Abril
del 2002.
Lo más escandaloso, en la actual campaña de difamación, es pretender que
la libertad de expresión esté constreñida en Venezuela. La verdad es
que el sector privado, hostil a Chávez, controla allí ampliamente los
medios de comunicación. Cada cual puede comprobarlo. De 111 canales de
televisión, 61 son privados, 37 comunitarios y 13 públicos. Con la
particularidad de que la parte de la audiencia de los canales públicos
no pasa del 5,4%, mientras que la de los privados supera el 61%. Mismo escenario para los medios radiales. Y el 80% de la prensa escrita
está en manos de la oposición, siendo los dos diarios más influyentes -El Universal y El Nacional–, adversos al gobierno".
Ignacio Ramonet
Periodista; presidente de la Asociación Mémoire des luttes (Memoria de las luchas); presidente honorífico de Attac (Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Ayuda a los Ciudadanos)
Jean-Luc Mélenchon
Co-presidente del Partido de Izquierda de Francia; diputado europeo
Fuente
sábado, 6 de octubre de 2012
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