Justo en horas en las que el periodista independiente Eduardo Feinmann denunció un acto de censura en el canal de noticias C5N y llamó "maricón de cuarta" al secretario de Comercio Interior y Exterior, Guillermo Moreno, y el grupo empresarial Clarín ya dejó en claro que el 8 de diciembre no se adecuará a la Ley de Medios porque ha sentenciado que ese día "no debe pasar nada", y cuando noticias de acallamiento de voces críticas se esperan que vengan de países populistas como Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Argentina (el Eje del Mal latinoamericano, los llamaría George W. Bush si todavía estuviera como presidente del Pentágono estadounidense), se conoce esta noticia que viene de uno de los países presentados como modelo a seguir por parte de las democracias sudamericanas.
Tedible.
"La junta de accionistas del diario chileno La Nación, con el apoyo de
los representantes del Estado que posee un 70 por ciento de las
acciones, decidió este lunes cerrar y liquidar los bienes del medio como
lo había recomendado del Gobierno de Sebastián Piñera.
La corresponsal de teleSUR en Chile, Beatriz Michell, reportó que en
la mañana de este lunes tuvo lugar una junta extraordinaria de
accionistas de La Nación, en la que los representantes del Estado fueron
los únicos que votaron por el cierre del medio.
“Los privados no están de acuerdo con la decisión, pero tienen la
minorías de las acciones, por lo tanto el medio se cerraría”, agregó.
Para evitar el cierre, representantes de los 117 trabajadores del
diario presentaron en horas del mediodía un recurso de protección con
orden de no innovar en la Corte de Apelaciones de Santiago y pidieron
frenar la decisión del directorio.
"La concentración de la prensa escrita en dos grupos monopólicos se
agudizó el lunes luego de que una junta de accionistas a la que asistió
una mayoría de representantes estatales decidió el cierre definitivo del
diario La Nación, informaron los dirigentes del medio.
La Nación
funciona sólo como diario electrónico luego de que asumiera el gobierno
derechista del presidente Sebastián Piñera, que concluyó con su edición
en papel.
Los trabajadores del periódico y representantes del
gremio periodístico presentaron casi de inmediato un recurso de
protección ante los tribunales de justicia con la esperanza de anular la
decisión. También el accionista minoritario, la empresa Colliguay con
un 30%, acudirá a la justicia en rechazo al fin del diario, que dejará
117 personas cesantes".
"El ministro secretario de Gobierno Andrés Chadwick, dijo que no es
bueno para la información periodística que exista un diario de gobierno
al referirse al cierre definitivo del Diario La Nación determinado
durante la última jornada por su junta de accionistas.
“Lo mejor es que los gobiernos no tengan medios de comunicación
en el que puedan influir en sus líneas informativas. No es bueno, no es
conveniente para la información periodística (...) no es necesario que
el Gobierno tenga un medio de comunicación (...) no queremos tener un
diario oficialista", dijo el vocero de La Moneda.
Al respecto, Chadwick subrayó que la Concertación sucumbió ante
la gran tentación de hacer uso político de un diario, destacando que
dicho manejo fue sufrido por la derecha durante todos los años que fue
oposición".
Fuente
"Queda aún por determinar cuál será el futuro del archivo histórico de La Nación, que fue fundado en 1917 por el periodista, abogado y político Eliodoro Yáñez, y tiene su sede en un edificio frente al Palacio de la Moneda, sede del Gobierno.
"Ese archivo en el mejor de los casos se va a privatizar, y lo más probable es que alguno de los grandes consorcios periodísticos lo compre y para poder tener acceso a él va a haber que pagar", advirtió Marcelo Castillo, que fue director de La Nación".
Fuente
"La Nación está asociada a avatares políticos y de rapiña del siglo 20. Desde que el diario fue expropiado por el dictador Ibáñez, en 1927, su antiguo dueño, el liberal de derecha Eliodoro Yánez, nunca recibió una compensación. Hasta hoy, sus descendientes reclaman una reparación del Estado. Cuando Ibáñez regresó al poder ganando limpiamente las elecciones de 1952, designó director del diario al recordado periodista Darío Saint Marie Soruco, Volpone, de aguda pluma en la escritura política. Su hermano Osvaldo fue canciller de Ibáñez por varios años.
A los dos años, en 1954, en la mismísima sede de La Nación, Saint Marie fundó Clarín, el diario más popular y de mayor circulación que jamás existió en Chile, con el slogan “Firme junto al pueblo”, el mismo que todavía usa Crónica, de Buenos Aires. Clarín creció, se instaló sucesivamente en inmuebles propios más amplios en Gálvez y Av. Dieciocho, y perduró hasta el golpe militar de 1973, cuando ya pertenecía a Víctor Pey Casado, quien lo adquirió a su fundador en España. Volpone se mudó de país porque su fino olfato político le hizo advertir el desastre que descargaría sobre Chile el apetito de poder de la oligarquía aliada con los militares. Hasta hoy Víctor Pey lucha porque sel Estado Chile le pague por los inmuebles y maquinarias de Clarín expropiadas por la dictadura militar.
En 1973, la dictadura de Pinochet (1973-2000) cambió el nombre de La Nación por La Patria, denominación de un antiguo diario de Concepción y más cónsona con la ideología fascista neo-liberal del régimen dictatorial que duraría 17 años. Su director era Carlos Sepúlveda Vergara, a la vez presidente del Colegio de Periodistas, democristiano y partidario entusiasta de los militares. Pero La Patria no repuntó, simplemente porque carecía de lectores.
Una ex agregada de prensa de la dictadura en Buenos Aires, Silvia Pinto, a quien se vincula con la fase periodística de las operaciones Colombo –como parte del Plan Cóndor, la multinacional de los servicios de espionaje de las dictaduras del cono sur–, se inspiró en la capital argentina y cuando fue designada directora de La Patria sacó de su cartera el nombre y logotipo de El Cronista, un excelente diario bonaerense del periodista Rafael Perrota, dueño también de El Cronista Comercial (vendido por suscripciones) y otro entre los más de cien hombres de prensa asesinados o desaparecidos por la dictadura de Rafael Videla. La mala copia de El Cronista pirateado duró hasta 1980, cuando el diario volvió a llamarse La Nación".
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"Queda aún por determinar cuál será el futuro del archivo histórico de La Nación, que fue fundado en 1917 por el periodista, abogado y político Eliodoro Yáñez, y tiene su sede en un edificio frente al Palacio de la Moneda, sede del Gobierno.
"Ese archivo en el mejor de los casos se va a privatizar, y lo más probable es que alguno de los grandes consorcios periodísticos lo compre y para poder tener acceso a él va a haber que pagar", advirtió Marcelo Castillo, que fue director de La Nación".
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"La Nación está asociada a avatares políticos y de rapiña del siglo 20. Desde que el diario fue expropiado por el dictador Ibáñez, en 1927, su antiguo dueño, el liberal de derecha Eliodoro Yánez, nunca recibió una compensación. Hasta hoy, sus descendientes reclaman una reparación del Estado. Cuando Ibáñez regresó al poder ganando limpiamente las elecciones de 1952, designó director del diario al recordado periodista Darío Saint Marie Soruco, Volpone, de aguda pluma en la escritura política. Su hermano Osvaldo fue canciller de Ibáñez por varios años.
A los dos años, en 1954, en la mismísima sede de La Nación, Saint Marie fundó Clarín, el diario más popular y de mayor circulación que jamás existió en Chile, con el slogan “Firme junto al pueblo”, el mismo que todavía usa Crónica, de Buenos Aires. Clarín creció, se instaló sucesivamente en inmuebles propios más amplios en Gálvez y Av. Dieciocho, y perduró hasta el golpe militar de 1973, cuando ya pertenecía a Víctor Pey Casado, quien lo adquirió a su fundador en España. Volpone se mudó de país porque su fino olfato político le hizo advertir el desastre que descargaría sobre Chile el apetito de poder de la oligarquía aliada con los militares. Hasta hoy Víctor Pey lucha porque sel Estado Chile le pague por los inmuebles y maquinarias de Clarín expropiadas por la dictadura militar.
En 1973, la dictadura de Pinochet (1973-2000) cambió el nombre de La Nación por La Patria, denominación de un antiguo diario de Concepción y más cónsona con la ideología fascista neo-liberal del régimen dictatorial que duraría 17 años. Su director era Carlos Sepúlveda Vergara, a la vez presidente del Colegio de Periodistas, democristiano y partidario entusiasta de los militares. Pero La Patria no repuntó, simplemente porque carecía de lectores.
Una ex agregada de prensa de la dictadura en Buenos Aires, Silvia Pinto, a quien se vincula con la fase periodística de las operaciones Colombo –como parte del Plan Cóndor, la multinacional de los servicios de espionaje de las dictaduras del cono sur–, se inspiró en la capital argentina y cuando fue designada directora de La Patria sacó de su cartera el nombre y logotipo de El Cronista, un excelente diario bonaerense del periodista Rafael Perrota, dueño también de El Cronista Comercial (vendido por suscripciones) y otro entre los más de cien hombres de prensa asesinados o desaparecidos por la dictadura de Rafael Videla. La mala copia de El Cronista pirateado duró hasta 1980, cuando el diario volvió a llamarse La Nación".
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