jueves, 13 de septiembre de 2012

Amnistía Internacional y su rol en Libia y Siria

"Amnistía Internacional, en su página web, en su sección Actúa, en abril de 2012, pedía la colaboración de los ciudadanos e indicaba que ya había recogido 11.962 firmas para supuestamente pedir el fin de la represión en Siria. Encabezaba el titular como: «¿Por qué calla el mundo ante la situación en Siria?», mencionando en el texto que estaban haciendo presión, y pidiendo ayuda para hacerla, hacia gobiernos como Brasil, India o Sudáfrica, con el fin de que «demuestren su liderazgo apoyando una resolución firme y jurídicamente vinculante que ayude a parar el baño de sangre en Siria».
¿A qué tipo de resolución se refiere Amnistía Internacional?
¿A una como la 1973 aplicada a Libia? ¿A la supuesta Responsabilidad para Proteger que ha conducido a la destrucción del país libio y a la llegada de los fundamentalistas islámicos junto a los miles de asesinatos y violaciones? ¿A otro bombardeo criminal de la OTAN matando miles de civiles?
Preocupan estas cosas. Aunque Amnistía Internacional (AI) pueda decir que no aprobaba todo esto, sí aprobó la actuación de Naciones Unidas en Libia y lo hizo amparándose en datos falsos. Gadafi no bombardeó ni atacó a la población civil, no había motivos para ninguna intervención militar. Y no debe de olvidar AI que esa Responsabilidad para Proteger elaborada en 2005 no está en la Carta de las Naciones Unidas, porque es un cajón de sastre que puede valer, como ha valido en Libia, para arruinar a un país y condenarlo a la represión y muerte real ejercida por los islamistas y a la explotación colonial exterior.
Como Directora Ejecutiva de AI en EE.UU. está Suzanne Nossel, asistente de Hillary Clinton y ex asistente de Richard Holbrooke, famoso también por sus falsedades en la guerra en Yugoslavia. Se entiende todo. También la función y el papel de Amnistía. Sobre la Sra. Nossel la Red Voltaire comenta lo siguiente: "El consejo de administración de Amnesty International USA estimó que el trabajo de Suzanne Nossel en las administraciones de los presidentes Bill Clinton y Barack Obama constituye una garantía de su competencia, obviando sin embargo los crímenes que ambas administraciones cometieron en Yugoslavia, Afganistán, Irak y Líbano, entre otros países. La señora Nossel dio inicio a diversas campañas contra Irán, Libia y Siria. En los últimos meses, se destacó en la campaña de mentiras destinada a intoxicar el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, para lograr que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptara una resolución que autorizara la guerra contra Libia. Finalmente las acusaciones de la señora Nossel quedaron desmentidas".
Sin ir más lejos, la propia Nossel, a la cabeza de Amnistía Internacional USA, invitó a Madeleine Albright y a otros oficiales del Departamento de Estado para hablar en su fórum de mujeres de la OTAN; y no era la primera vez que parecía hacer migas AI con la secretaria de Estado responsable de decir que las sanciones que provocaron la muerte en Irak, por las sanciones económicas, de posiblemente más de un millón de civiles, la mayoría niños, valían la pena, que era un precio que valía la pena pagar.
¿No debería haber llevado Amnistía a Albright y a otros como Bush, Chenney o Blair ante una Corte Penal Internacional? No, no los llevaron, no lo creyeron oportuno, en cambio sí fueron a por los enemigos oficiales de la administración estadounidense, tuviesen o no culpa en delitos contra los derechos humanos.
Poco después de convertirse en Directora ejecutiva, Nossel, en enero de 2012, moderó una mesa redonda en el Wellesley College, compartiendo mesa con Albright (foto). Y allí, en esa misma mesa, incitó no a la paz y al diálogo, sino más bien a la agresión militar, como se hizo en Libia, falsificando claramente los hechos y sucesos en Siria.
Amnistía parece que a base de repetir algo una y otra vez, como hacen los medios de comunicación de las corporaciones, quiere convertirlo en evidencia; los hechos, sin embargo, son diferentes. Toda esta falsedad y este juego poco limpio de esta organización supuestamente humanitaria le pasará factura en el futuro, porque no podrá decir que estaba interesada en resolver un conflicto, en apostar por la paz y los derechos humanos, sino que lo que realmente está haciendo es servir al juego de los intereses del poder, a los intereses de las corporaciones.
Tony Cartalucci, el experto analista político estadounidense, recuerda que Amnistía Internacional recibe financiación del Open Society Institute de George Soros, además del Departamento para el Desarrollo Internacional de Gran Bretaña y de la Unión Europea. Demasiados intereses y demasiados vínculos al mundo del poder y de las corporaciones como para esperar justicia y ecuanimidad en sus actuaciones. Y de hecho su comportamiento, como lo estamos viendo, lo delata claramente".
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