Triunfo contracultural: grieta y semillas del futuro

En este clima de admitir/conceder que nos ha embargado a todos (bah, a algunos no, todavía) luego de las PASO, al final de cuentas el discurso embelesante del diálogo y el consenso terminó derrotando a la pareja confrontativa de la interpelación y el conflicto eterno.
Escuchar por estas horas que el gobierno debe entender de una vez por todas que hay muchos ciudadanos que quieren ser respetados en sus opiniones sin ser acusados de colaboracionistas de la Dictadura se ha transformado en signo de este interregno entre las primarias y la elección que vale, ésa en la cual al final de cuentas el kirchnerismo podrá hasta ampliar su cantidad de legisladores nacionales.
Quizás este gobierno ya hizo todo lo que se le pedía en el campo simbólico-cultural (histórico, si quiere agregar Horacio) y muchos compatriotas prefieren que se centre en reclamos puntuales, palpables, como otrora. Y en paz (¿sinónimo no de muerte sino de hacerlo sin aspamentos?).
Hagamos el ejercicio
¿Hay tiempo suficiente -2 meses y medio- para subir a 20 mil pesos mensuales el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias?
Sí, lo hay.
¿Hay tiempo para gravar la renta financiera para suplir los ingresos que dejarían de alimentar al fisco con la primera medida?
Sí, y consenso.
Aunque los laureles se los lleven otros (y la sobreactúen. Hasta se podrían pensar en una cumbre).
Es tiempo de ir al pie y tácticamente pasar a cuarteles de invierno latiguillos y verdugos.
No es una Carta Abierta al silencio, por ahora.
Es racionar las energías diezmadas en necesidades que requieren de su respectivo derecho.
En eso dijimos que creíamos.
Hay tiempo.