Pagni: "La del lunes fue una de esas mañanas en que Cristina Kirchner tiene que maquillarse hasta tres veces. El estrés. La noche anterior, medio gabinete estuvo bailando hasta las 2 AM. Los teléfonos estallaban con los gritos de la jefa. El programa Periodismo para todos la había enfurecido".
García: "Ella, conmovida por el turbión impúdico, se hundía tensa en un bache comprensible sin que los masajes y las pastillas pudieran aliviarla, insomne, aferrada a un control remoto en la madrugada como si fuera un tótem de la filosofía oriental que en el ejercicio ritual del zapping le devolviera sosiego".
Luego, el periodista cacerolero golpeador de puertas que organizó el cacerolazo contra CFK en Nueva York firuletea sobre su #18A y afirma que en el gobierno están muy proecupados, además de que se sienten terminados. Y en el slalom, tira: "Si bien Cristina Kirchner no se pronunció sobre la protesta, se supo que sintió el impacto: desde Caracas ordenó que la agencia Télam difundiera que la Policía Federal estimó que antenoche se movilizaron 178.000 personas en todo el país y "un 50% menos" que en las anteriores marchas. Otras estimaciones daban cuenta de más de un millón de personas".
0 comentarios:
Publicar un comentario