"Con la limitación de las medidas cautelares contra el Estado, queda claro que los ciudadanos dejarán de tener una herramienta esencial para frenar abusos por parte de las autoridades nacionales. Del mismo modo, se limitará en forma drástica la protección de derechos de las personas. Con una ley como la propuesta, ya se habría procedido al desguace del Grupo Clarín, se habría silenciado a muchos otros medios de prensa, se le habría confiscado a la Sociedad Rural su predio de Palermo, y se habrían cometido muchas otras arbitrariedades contra el derecho de propiedad. Resulta claro que el gobierno kirchnerista no quiere una Justicia independiente, lo cual implica que está apuntando a terminar con la República y con las libertades individuales de cada argentino que no esté dispuesto a someterse a la voluntad de un gobierno que avanza hacia formas cada vez más totalitarias".
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En su otra editorial, festeja el triunfo de la derecha paraguaya, claro: elección ejemplar, con elogios al "liberal" Francisco Franco, amigo de Mauricio, y con quejas por las suspensiones que se le aplicaron al vecino país luego del golpe institucional a Fernando Lugo. Para La Nación, se lo merecía por "su ineficacia y sus reiteradas inconductas".
Finalmente, se entusiasma: "En materia de política exterior, la nueva administración de Paraguay seguramente se encolumnará con las de Chile, Colombia y Perú, esto es, con aquellos países que más crecen en la región. Esto podría volver a equilibrar a los organismos regionales".
Decoran Botana, que habla de "intoxicación" en Venezuela, y el exiliado en Miami, Oppenheimer, que denuncia que fue el electo presidente venezolano el que perpetró un "golpe institucional" y que nadie se puede expresar en ese país.
Es que el Relato AntiK no para ni se limita a lo nacional.
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