"Si el proverbio chino versa “un hombre tiene la edad de la mujer a la
que ama”, la política argentina hoy tiene la edad de los cuadros y
militantes que la abrazan con fe. La oposición no se hace eco de esto.
Prueba de ello son la baja rotación de nombres entre sus principales
referentes, la actitud reactiva frente a la agenda del Gobierno y la
dificultad para proponer temas de discusión, y también para adaptarse a
los nuevos hábitos de consumo y comunicacionales de los votantes. Hace
veinte años que los nombres de la oposición no cambian. Son políticos
experimentados, pero los políticos de su generación no manejan este
código de época y tendrán menos chances de interpelar a este electorado
kirchnerista.
El kirchnerismo dispone del aparato estatal y las redes
territoriales, y puede darse el lujo de apelar a viejas y nuevas
estrategias. Para la oposición no peronista esto no será un opción y
tendrá que apoyarse en mayor medida en las estrategias mediáticas y
discursivas para seducir al electorado.
No se trata de plantear una falsa dicotomía entre una gerontocracia y
el “Diario de la guerra del cerdo”, de Adolfo Bioy Casares, sino más
bien de reconocer que hay un idioma que la oposición no habla y que
deberá aprender, o sumar traductores, si quiere competir con buenas
chances en las próximas elecciones legislativas y, en particular, en las
presidenciales".
Fuente
Fotos de la marcha opositora a la democratización del Poder Judicial
jueves, 25 de abril de 2013
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