"En 1967, New York Review of Books publicó "The Responsibilities of
Intellectuals", un ensayo deslumbrante que Chomsky escribió a los 38
años. En dicho ensayo, Chomsky denuncia la sumisión ciega al poder de la
élite intelectual de Washington. Hoy su ira sigue concentrándose en
Estados Unidos por considerar que es el país con mayor poder, y él es
ciudadano estadounidense. Diría que tiene sentido, pero ¿su posición en
otra comunidad, la izquierda anti-guerra, no significa que también tiene
el deber de repudiar el mal accionar de sus figuras visibles?
"Quizás
un pequeño porcentaje debería preocuparse por esa comunidad. Pero esto
ni se acerca a la responsabilidad del poder del Estado y los medios
masivos".
Chomsky dijo que, si se lo juzga según los principios
establecidos en los juicios de Nuremberg, cada líder estadounidense de
posguerra sería acusado de crímenes de guerra. Le pregunté su opinión
sobre Barack Obama: ¿Qué piensa del presidente que se opuso a la guerra
de Irak? "Está llevando a cabo una campaña global de asesinatos". Muerdo
el anzuelo y le pido que me explique. "Imagina que algún oficial nazi
alemán haya llevado a cabo una campaña global de asesinatos en Occidente, eso hubiese calificado para Nuremberg".
Le pregunto sobre su crianza: ¿la vocación por la política vino antes
que la imaginación académica? "Sí, desde la infancia". Antes de ser
adolescente, escribía para el periódico de la escuela acerca de la
expansión del fascismo en Europa. "Fue bastante aterrador. Mis padres
ponían la radio para escuchar los discursos de Hitler en el mitin de
Nuremberg. Yo no entendía nada".
Su historia me recuerda -comento-
el inicio de la novela "La Conjura contra América", en la que Philip
Roth imagina las consecuencias para las familias judías de una victoria
de Charles Lindbergh en las elecciones presidenciales de 1940. "Fue
bastante parecida", afirma Chomsky. Lo que me lleva a otra de las
críticas a Chomsky, formulada por personajes como el fallecido
periodista británico Christopher Hitchens, de que oponerse a la guerra
en Irak, que comenzó hace casi exactamente 10 años, implicó
condescenderse con un fascista de la era moderna, Saddam Hussein. "Por
supuesto que no. Si usted piensa que él estaba al mismo nivel que
Hitler, entonces debería condenar a Reagan y Bush en primer lugar porque
ellos le prestaron mucho apoyo.
Haga un simple experimento mental
sobre lo que llamamos 11/9... Imagine que el avión que fue derribado en
Pennsylvania alcanzó su objetivo, que era probablemente la Casa Blanca.
Y suponga que se mató al presidente, se desató un golpe militar,
previamente planificado, se derrocó al gobierno, se asesinaron miles de
personas, se torturaron otras tantas, y se estableció un centro
terrorista internacional destinado a ayudar a establecer gobiernos
neonazis en toda la región, llevando a cabo asesinatos, etc... Hubiera
sido mucho peor que el 9/11. Indiscutible. Pero el hecho de que no
podemos verlo amerita una reflexión sobre la sociedad y la cultura
occidental".
El terreno comparativo de las masacres me hace sentir un
poco incómodo: el ejemplo del profesor implica que hay una equivalencia
moral, afirmo, entre EE.UU. y al-Qaeda, y minimiza la responsabilidad
del general Pinochet por los años de opresión que tuvieron lugar después
del golpe de Estado.
"Al comparar los dos sucesos, no lo hago en términos de responsabilidad, sino de la naturaleza de la atrocidad", afirma".
Fuente
Más: Entrevistas y disertaciones de Chomsky
lunes, 1 de abril de 2013
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