Como si estuviéramos encerrados, sin poder todavía magnificar lo que le está ocurriendo a centenares de miles de compatriotas. Como si prefiriéramos drogarnos con el excremento de las rotativas antes que seguir construyendo el país, a pesar del duro golpe de la naturaleza. Como si eligiéramos el recorte interesado de los de siempre (ávidos de que por fin una tragedia los beneficie a ellos una vez) antes que la realidad más extensa, siempre más robusta y compleja que las siguientes "columnas" de lo que denominamos #AltísimoPeriodismo, ese que está de guardia, atento a los traspiés del Relato y a la espera de que los que creen que estas inundaciones son un castigo de Dios por haber votado por los K -disfruten del video si no lo hicieron ya, por favor- puedan estructurar uno propio alguna vez (
FD's wishful thinking):
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Espíritu de delación
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La foto falsa de Bruera, una cúspide fallida del relato
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Un golpe al corazón, en apenas media línea
Cuando las aguas se retiren, quizás, podremos regresar a tierras más fértiles, esas que todavía están esperando mejores sueños que los que proponen las ansias de despegarse y el miedo a que todo finalmente acabe mal. Una vez más.
Para que no se cumpla ese llanto ahogado del hombre que sólo atinó -ante el recuerdo de los libros de sus chicos- a lamentarse ante la desgracia:
"Se fue todo a la miércoles".
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