jueves, 2 de agosto de 2012

Los industriales cordobeses quieren devaluación

Reunidos en el Quinto Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), y a la vieja usanza de esos cónclaves neoliberales creyentes de tener la sartén por el mango, desfilaron los falsos profetas de catástrofes, como los denunció el domingo una vez más Roberto Navarro (video).
Y los medios afines estuvieron de maravillas, especialmente La Voz de Clarín: "Ercole Felippa, titular de la entidad anfitriona, intentó dejar claro que la UIC mantiene su línea ya tradicional: la pérdida de competitividad no se corregirá sólo con una devaluación del peso si no se controla también la inflación.
“El Gobierno no tiene más margen, por ejemplo, para seguir interfiriendo en el comercio exterior con medidas proteccionistas. Ya es el país que más medidas de ese tipo impuso. Y al mismo tiempo ha tenido que salir a prohibir la compra de dólares. La verdad, es que tiene que admitir que la alternativa más razonable que tiene es blanquear lo que ya es una devaluación de hecho y con eso resuelve los dos temas”, señaló en estricto off the record una de las cabezas de un importante grupo industrial. Esa parece ser la visión generalizada entre los hombres de la industria.
El ejecutivo de otro grupo fabril acotaba: “Lo que pasa es que una devaluación hoy puede ser muy distinta a la de 2001, cuando el consumo estaba hundido por la recesión y había un exceso de capacidad instalada en las industrias; hoy sería más complejo evitar que una devaluación realimente los precios”".
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Roberto Lavagna "dijo que ya hay una devaluación de hecho y que los agentes se manejan con un dólar “cercano a los seis pesos”. Además, sostuvo que “hay una sovietización del sector energético en la Argentina”.
 –¿Cambiaría algo asumir esa devaluación?
–Si el Gobierno se dispusiera a reconocer e integrarla en un programa distinto, eso cambiaría las cosas. Porque no sólo se quedaría con los aspectos negativos de una devaluación, los cuales se presentan hoy, sino que podría aprovechar los positivos, si la usa dentro de una política para corregir lo que le llevó a esta situación".
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"Orlando Ferreres aseguró que este año la economía “está cerca del estancamiento”. Aunque podría crecer 2,8 por ciento comparado con 2011, la industria podría bajar uno por ciento, afectando el nivel de empleo. Al respecto, dijo que con niveles de inversión de 22 por ciento del PIB, “es difícil que la economía siga creciendo”. Además proyectó que el dólar oficial, que en lo que va de 2012 se devaluó 18 por ciento, terminaría el año en 4,90 a 5 pesos.
Por su parte, Alfredo Blanco, ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, fue en uno de los expositores más aplaudidos. En una puesta similar al “stand up”, pronosticó que el Gobierno no podrá sostener por mucho tiempo su política de control y que volverán “algunas ideas de los ‘90”. Al recordar “El Hilo de Ariadna”, el poema del griego Ovidio, igualó la inflación al minotauro que se comía a los cretenses y dijo: “Tengo mis dudas de que en Argentina exista un Teseo capaz de matar al minotauro y más dudas aún de que haya una Ariadna dispuesta a ayudarnos”".
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"Felippa contó en dos ocasiones con el aplauso espontáneo del millar de empresarios participantes del Coloquio efectuado el martes y ayer en el Sheraton al reclamar una “sustitución de importaciones en serio y no populismo industrial” y al puntualizar que el principal aspecto que afecta a la competitividad “es el impuesto inflacionario”.
El discurso de De Mendiguren cosechó más objeciones que apoyos entre los ejecutivos y dueños de Pyme de diferentes sectores que integran la UIC y que colmaron los salones principales del hotel. “No me sorprendió. Él (De Mendiguren) es así. Flota”, comentó una reconocida empresaria local. “A De Mendiguren le pongo un seis y a Felippa un ocho”, fue otra expresión. “De Mendiguren hace equilibrio, él dice que así logra cosas con el Gobierno y que peleándose no logra nada; por eso ni mencionó la inflación”, entendió otro empresario. La fricción terminó por encender a De Mendiguren cuando ya el Coloquio se despedía con un cocktail hasta el año próximo. “¿Qué más quieren que haga: que tire una bomba en la Secretaría de Comercio?”".
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