miércoles, 22 de agosto de 2012

La Nación, irritada por la sonrisa de Boudou

"Hay gestos que por su carga simbólica valen más que mil palabras porque lo dicen todo y resumen una época. Uno de esos gestos fue la reiterada sonrisa del vicepresidente Amado Boudou, que a veces se convertía en risa franca, mientras presidía la sesión del Senado que el jueves pasado aprobó, a instancias de la Presidenta, la expropiación de la Compañía de Valores Sudamericana (ex Ciccone Calcográfica), en medio de un escándalo político y judicial que compromete, precisamente, al vicepresidente.
Ya constituía, de por sí, un escándalo el hecho de que Boudou presidiera esa sesión de seis horas de duración en la que seguramente se jugaba su futuro judicial.
A eso se agregó la sonrisa de Boudou, que en ese contexto cobra el valor simbólico al que nos referíamos. Las suyas no eran sonrisas de compromiso ni esbozadas para disimular una tensión que parecía lejos de sentir. Eran sonrisas insultantes, propias de quien controla la situación. Y vaya si la controla. Delante de sus ojos, y por obra y gracia de la voluntad presidencial y del peso de la mayoría automática del oficialismo, se concretaba una de las más vergonzosas jugadas del kirchnerismo para procurar enterrar uno de sus mayores escándalos.
La impudicia de la sonrisa del vicepresidente bien pudo obedecer, también, al hecho de que se expropiará una empresa cuyos verdaderos dueños aún son desconocidos.
La sonrisa de Boudou es una burla a la sociedad lanzada desde lo más alto de la esfera pública. Por eso, se trata de un gesto -a esta altura, ya una mueca- que no caerá en el olvido porque corporiza el poder de la impunidad".
Fuente
Mientras tanto, Roa no para de asociar al gobierno K con asesinatos de ciudadanos comunes y el Profe Romero El Malo sigue intentando entender cómo es que esta diKtadura continúa ganando elecciones...

2 comentarios:

Ricardo dijo...

Y si el gesto de Boudou hubiera sido uno serio y adusto tenían escrita la otra nota: la falta de expresividad y la contención emocional del vicepresidente son prueba irrefutable de su culpabilidad al tratar el Senado el sensible tema de la expropiación de la ex Ciccone.

O algo así.

Sergio Villone dijo...

Lo mismo para si no presidía la sesión.
Genios.

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