domingo, 7 de agosto de 2011

Córdoba: CFK perderá por el 100% de los votos

Linda disyuntiva de los impulsores del relato antikirchnerista. Forzar a su favor los resultados del segundo distrito en importancia del país o continuar levantando barreras imaginarias en contra de la Dictadura K. Ya Leuco Metralleta hizo una oda a la institucional Córdoba que también le va a decir "Acá, no, K". A tal punto el entusiasmo del cordobés impostado que llegó a comprar la resistencia que supuestamente hoy hará el electorado cordobés en contra de la Presidenta con ¡¡¡las invasiones inglesas!!! Cuando el periodismo independiente encuentra lugar para desarrollar su tarea libre de sospechas de militancia extrema sus lecturas.
La contraparte de esa construcción discursiva que busca esconder caudales electorales flacos es el supuesto miedo (devenido de lo que ya Grondona se anima a calificar de "autoritarismo kirchnerista-cristinista") que sentirían ciudadanos argentinos de decir libremente que su voto va por algún candidato opositor. De ahí las bajas cifras del hijo de Raúl (que anda desmintiéndose a él mismo cada dos días y pidiendo risueñamente que le consulten a él sobre el tema inflación), Duhalde (inflado a más no poder y recolectando candidatos por todo el país de la mano del PRO), Binner (en su primer experimento de proyección nacional, quizás el que más se juega el 14. Aspira a llegar aunque sea al 10%) y Carrió (cada vez más cerca del ocaso presidencial y quizás reducida a una expresión legislativa de control en la medida que no repita papelones de denuncias sin respaldo, como le sucedió en el incidente provocado del Presupuesto). La Naranja es la principal impulsora de esta tesis, última fase de un largo derrotero que ha tenido que sufrir la luego de sus fracasos proféticos de que CFK no se iba a presentar a la elección presidencial, aunque matizados con la avanzada de su Coalición con Clarín y La Nación contra la política y los organismos de DDHH y la reputación de la Corte Suprema de Justicia.
En este marco, la elección a gobernador por Córdoba desluce a los tres candidatos principales y desnuda la incapacidad del kirchnerismo de construir un candidato propio en 4 años (a pesar de genuinos intentos desde sus bases, que servirán de insumo probablemente para 2015), o si se quiere, luego del enfrentamiento con los patrones agropecuarios, que tienen en Córdoba una de sus bases operativas más fuertes, con agrupaciones radicalizadas como Cartez y personajes como el candidato a vicegobernador por el radicalismo, el ex presidente de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), Néstor Roulet.
De la Sota, Juez y Aguad, ante la no presencia K, perdieron su antagonista político principal y entonces prefirieron no hablar de política ni debatir entre ellos, a tal extremo que De la Sota terminó con los globos PRO y cantando con cuarteteros, mientras que en el bunker de Aguad brillaron las presencias de Gabriela Michetti y Federico Pinedo. Juez quedó solo, como girando en falso, sin sujeto de denuncia y rehén de sus humoradas.
Si gana De la Sota, se sentirá presidenciable desde mañana mismo y desde ese lugar de supuesta fortaleza le disputará a CFK no sólo espacios hacia el interior del PJ clásico (en donde ganará mucho si Duhalde queda desplazado de la lucha hacia el 23 de octubre. La relación entre ambos no es la mejor) sino que se posicionará como principal adversario discursivo con vistas al 2015.
Juez quedó preso de sus vaivenes de construcción nacional, que comenzaron como uno de los ilustres integrantes del nefasto Grupo A(hhh) -que provocó uno de los peores años legislativos de la historia (2010), cuando en verdad había llegado para rebalsar el país con leyes prometidas en la campaña legislativa del 2009-, luego pasó a darle quórum al kirchnerismo tan defenestrado por él, hasta asociarse con Carrió en una impensada carrera presidencial y finalmente cayó a los pies de la esperanza del socialismo puro y honesto, el santafecino Binner. El pase incluyó la candidatura testimonial de la testimonial Morandini como candidata a vice de Hermes.
Y finalmente Aguad, desde el tan caótico -y siempre en reconstrucción- radicalismo cordobés, busca mostrarse (con el asesoramiento del PRO) como el más antikirchnerista de todos, que lo es y lo fue como uno de los mariscales de ese Grupo A(hhh), tratando de levantar a un partido que era dueño de Córdoba y que luego de la desastrosa administración de Angeloz viene perdiendo elecciones ante el peronismo desde hace 12 años. Aguad ha recurrido a los peores males de la vieja política, como prometer un aumento irrealizable del 50% a los sueldos de los docentes, justo el que fue integrante de un gobierno como el de Ramón Mestre, que, durante el menemato rabioso, cerró escuelas y recortó salarios a los empleados públicos cuando la verdad única era hacerlo para que las cuentas del Estado cerraran. El Milico es expresión de lo peor de aquellas políticas, al extremo de ser íntimo amigo del genocida Luciano Benjamín Menéndez.
Así, Córdoba queda encerrada en sus propios fantasmas, como deseando que aunque sea el kirchnerismo hubiera presentado un candidato (Eduardo Acastello, Alberto Cantero) como para contraponerlo -desde sus falencias y cosas criticables- a este trío que nada puede proponer. Sólo connivencia pacífica con todas las corporaciones (Iglesia -amenazada por la quita de financiamiento a los colegios privados y por la Ley de Educación Sexual Integral-; el Campo -que tomó examen a todos los candidatos (excepto De la Sota, es justo decirlo, que tuvo la decencia de no prestarse a semejante humillación) y les exigió, como siempre, rebaja de impuestos, eliminación de retenciones y acceso a créditos blandos-; y el Empresariado -tan representado por la Fundación Mediterránea de Cavallo y ávido de que el gobernador le asegure la no injerencia del Estado en la regulación de la economía-).
Córdoba es expresión del vaciamiento de la política con la cual sueñan los entusiasmados por desmovilizar a vastos sectores de la población como forma de restarle poderío a CFK con vistas a las elecciones presidenciales y contrarrestar así no sólo el discurso de que Ella (Majul dixit) ya había ganado (Blanck hoy se hace un nudo: "Lo que se fue a pique es el “Cristina ya ganó”, aunque igual tenga todo a favor para ganar"), sino principalmente que ellos no van a perder tan fácilmente, aunque deban hacer uso de todo aquello que viven proyectando en el Otro K, ése que tanto les ha dado, a tal punto de poder presentarse en una elección a gobernador.

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