En realidad lo que hay es una especie de reorganización de los bandos dominantes de la guita que genera el narcotráfico. Porque eso es lo que pasó en Colombia, lo que pasó en Brasil y lo que pasó en México. Ahora mucha gente se enteró de la existencia en Colombia (en la época de Pablo Escobar) de dos carteles: el de Cali y el de Medellín, a través de la serie “El patrón del mal”- aunque yo creo que el verdadero patrón del mal es EE.UU-. Hoy en Colombia hay 242 carteles, y cuando no tenemos homicidios porque bajó el número, tenemos desaparecidos. Hoy en Brasil, a días del Mundial, la “Unidad Pacificadora Policial”, y prestémosle atención a este nombre porque nos reenvía al titular de Página/12, bajó el número de homicidios denunciados, pero subió el número de desaparecidos en el Brasil de los gobiernos populares de Lula y de Dilma. Entonces estas cosas, aunque sea en soledad, y poniéndonos a mucha gente en contra, gente trabajadora, honesta, que piensa que efectivamente la seguridad es hija directa de la presencia represiva, hay que decirlas, porque esto ha pasado en la historia reciente de nuestro barrio cósmico que es América del Sur. Así caigamos antipáticos, hay que decirlo porque no podemos ser cómplices de estas miradas mezquinas desde lo político, que insisto, con la dictadura del presente saben que con esto tiran hasta fin de junio.
El narco es un fenómeno mediático, es un fenómeno televisivo, es un fenómeno de serie. Por eso las crónicas que más se han difundido en estos días, con excelentes periodistas que vinieron de Buenos Aires como Mauro Federico, cuentan los detalles del operativo que claramente son muy interesantes. Pero detrás de esos detalles que forman parte de la nueva novela latinoamericana, aparecen los intereses concretos y algún día tendremos que hablar en serio: hay armas y hay droga porque son la tercera y cuarta fuente de ingreso que tiene el sistema capitalista internacional, por eso tenemos tantas armas a la mano de los pibes y tenemos tanta droga cerca de cualquier persona de cualquier edad, porque es el negocio del sistema, y los que no lo quieren ver y tienen la suficiente información para verlo, terminan siendo cómplices, y en esto hay autoridades nacionales, provinciales y municipales".
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Más:
"El narcotráfico es una corporación capitalista más"
2 comentarios:
Es una guerra inganable, como la ley seca.
Por otro lado, porqué deberíamos impedir que seres humanos adultos consuman, hasta suicidarse si quieren? Qué derecho tenemos?
Las drogas np son buenas, pero eso es un tema individual, en cambio el narcotráfico es el verdadero cancer.
La solucion es obvia: Legalizar el tráfico y que la droga se haga industrialmente, a bajo costo, y se venda en farmacias.
El reventado que tenga heroina barata hasta que se canse, pero que nadie gane guita con el menudeo.
El que quiera paco, tendra cocaina pura a mitad de precio del paco, en la farmacia.
Se caen los carteles, y pasa a ser un negocio farmacéutico mas, como los antibióticos
Aunque no suelo coincidir con Marianote, en esta estoy 100% de acuerdo.
El problema es que el sheriff del norte es el que marca la agenda internacional y se perdería un gran negocio, sin contar la influencia que en materia de seguridad imponen al resto del mundo.
Se desmoronaría gran parte del lavado y eso no creo que sea del agrado de Guol Estrit.
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