Y que les han acercado una forma rápida de entender estos complejos fenómenos de ciudadanos que se arrogan el derecho de quitarle la vida a un par, en patota y con orgullo.
Como si fuera un McDonald's ante el falso hambre, repiten que el Estado está ausente, luego de pasarse años y años refunfuñando que el Estado les robaba la plata del bolsillo cobrándole impuestos injustos; salieron a defender a los pobres hombres de Campo cuando el Estado quiso apoderarse de la riqueza de sus manos con callos; ni qué hablar de la Gestafip, ¿no?; o de la intromisión del Estado en los contenidos escolares, que buscan lavarle el cerebro a nuestros queridos hijos puros; o la intención aviesa y desde el Estado de releer la Historia de nuestro país, inmaculada y virgen; o esa manía estatal de querer regular todo y no dejar explotar la energía productiva de nuestros valerosos empresarios; el Estado era ese matón de Moreno, que llegó a no dejar entrar las muñecas Barbies; o ese petiso de Kicillof y sus boys queriendo controlar costos y precios por doquier; ¡si se habrán llenado la boca con palabras como "estatismo recalcitrante", "intervencionismo estatizante", y demás construcciones cacerolas rebosantes de rabia e indignación...
Se confirma que son los mismos que ahora piden la presencia del Estado. Hablan de "ausencia de Estado" para esconder su real pensamiento de que a los chorros hay que matarlos a todos. Sueñan con cruzarse con un hecho de estas características para sumar una patadita en la cabeza a esos que viven de los planes sociales que les pagamos con la plata de nuestros impuestos, nosotros, que somos la mitad que trabajamos para mantener a la otra mitad que se rasca todo el día, se embaraza para cobrar la AUH y que además ahora le pagan para ir a estudiar ¡y no van!
Se ilusionan con que en su pequeño lugar en el mundo alguien se anime a arrebatar una cartera para poder asesinarlo a patadas y golpes, junto a otros 50 que compartan esa manera de ver el mundo: desde la arrogancia del que se siente superior ante el débil, para tomarse revancha del jefe poderoso que los viola diariamente y los denigra ante su propia pasividad, porque los que protestan son negros descarriados a los que hay que linchar para que aprendan y les dé miedo de meterse con la gente de bien que anda asesinando morochitos con placer.
Se confirma que son los mismos que aplauden cuando sus referentes políticos, sociales, mediáticos abortan toda posibilidad de análisis serio sobre la compleja problemática pidiendo medidas mágicas y culpando al gobierno que tanto odian por haberse metido en sus bolsillos con la ganancia que sólo es de ellos y para ellos (hasta tiene el tupé de querer cobrarles impuestos). Se sienten orgullosos de conformar un grupo de defensa ante los ladrones, sin piedad, sin disimulo, apartados de las leyes más mínimas de vida en sociedad; hasta reciben felicitaciones por parte de insignificantes políticos que hablan de acciones en legítima defensa; o se refugian en la massita del "el que las hace las tiene que pagar"; festejan su propio primitivismo como fuente de pureza ante la sanata K y progre.
En verdad responden a la matriz de siempre: rechazar la intervención del Estado en la economía mientras pido que se ocupe de lo social que saltará ante las medidas de exclusión que siempre querré implementar. Ah, y que la policía reprima a aquellos que osen quejarse ante el recorte y el ajuste y la exclusión y el silenciamiento de las protestas de los más pobres. Ya lo vivimos. Ya lo sabemos. Ellos también.
Pero nunca quedaron tan desnudos en su rabia bárbara, en su negación a integrar una sociedad mejor; sólo refugiarse en su mundo de estigmatizaciones, discriminación y demonización del Otro diferente, como alguien al que debo eliminar, luego de quejarse por años de que la DiKtadura no me respeta. "El que piensa distinto no es golpista", justificaban en ese pedido de consideración, los mismos que ahora desean una limpieza étnico-barrial.
Si hasta cuentan con la ventaja de que todo va a ser culpa del gobierno nacional. Podrán matar a palos a un chico, que sus medios y voceros le echarán la culpa a Cristina por no haber hecho nada durante la década perdida. Si hasta recibirán palmadas mediáticas de los que buscan ascender a fuerza de efectos especiales ya conocidos, sólo que esta vez tienen el decoro de no decir que tienen un plan.
Ah: la frutilla del postre.
"No hay Justicia. Hay puerta giratoria", se repiten como un acto masturbatorio de autosatisfacción y justificación de su accionar asesino, los mismos que han abortado cualquier posibilidad de reforma del Poder Judicial dejándose engañar por sus medios y voceros de que todo iba a ser para que Cristina nombrara a sus jueces adeptos y corruptos para ganar impunidad cuando se vaya porque se afanó todo.
No les ha bastado comprobar en boleta propia qué les costó apoyar el pedido de fin de los subsidios. ¡Ni sabían que estaban subsidiados! Ahora sólo espetan: "¿Qué harías vos si te violan a tu hija?". Esperan que uno les conteste: "Sí, saldría a asesinar a todos". En definitiva, quieren compartir su desprecio por la vida y la igualdad. Te invitan a que sientas su enojo. Son generosos.
Ahora: ni saben que las próximas víctimas pueden ser ellos. Sólo les queda el linchamiento físico, porque el político-intelectual ya hace tiempo que lo han sufrido y sólo sienten placer al repetir que todo lo que pasa es culpa de los planes sociales y regodearse con esa rara sensación de ser los enviados a poner orden, a reorganizar a la Nación, a hacer "justicia por mano propia" (frase que denota su idea de justicia).
Son homicidas. De ellos mismos. Cada día.
Respiran su sucio aire, pero están muertos.
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