No es el único.
Preocupa el nivel de demagogia que muestran varios dirigentes opositores, que durante años agitaron los peores vientos, y ahora que ven los frutos de esa oposición ciega que llegó a afectar los intereses del país con tal de desgastar al gobierno nacional no pueden asentir a sus seguidores ni gritar a los cuatros vientos que los linchamientos están bien.
Exageraron tanto temas menores que ahora cuando la cosa realmente se puso brava tienen que sonrojar a un Patti, hoy vuelto un bebé de pecho. Se movieron tan irresponsablemente con mentiras y falacias durante tanto tiempo para defender intereses personales y co-empresariales, que ahora que las papas sociales queman no les queda otra que recurrir a la demagogia de justificar(se) con el ya entrañable "la gente tiene miedo".
Así se lo vio a De la Sota anoche en Código Político, con los Generales de Magnetto, que como es habitual ya no solamente que no meten ni una repregunta sino que directamente le dejan pasar elegantemente frases como "El Poder Judicial de Córdoba es totalmente independiente" o "Si alguien corta una calle, debe ir en cana", cuando él junto a su socio Schiaretti le dejaron hacer lo que quisieron a los jerarcas del Campo, hasta matar a un jubilado en Laboulaye porque no dejaron pasar la ambulancia que lo trasladaba durante el levantamiento patronal agrario en contra de la retenciones.
Pero eran épocas de desgastar al gobierno nacional y no pensar en el pequeño productor. Ahora sólo quedan las medidas extremas de las cuales siempre fueron afectos (el gobernador cordobés llegó a pedir "blindar las fronteras" y sugirió que en la lucha de Malvinas Argentinas contra Monsanto hay "extranjeros que vinieron a politiquear"), en vez de sumergirse en las complejidades de estas problemáticas que ahora estallan ante tanto clima de estigmatización, demonización y tergiversación.
En Córdoba, la multidenunciada Policía de De la Sota, luego de la extorsión de diciembre, y en medio del narcoescándalo que la carcome por dentro, ha decidido salir a las calles de la capital a combatir el delito. ¿Cuál? A los "motochorros". Con toda una verborragia de su jefe Suárez hablando de policializar Córdoba, operativos de saturación y todo un lenguaje de ataque al delito insignificante, mientras varios políticos y empresarios de fuste real son acorralados por el escándalo de la financiera CBI o son liberados en medio de denuncias contra familiares directos de De la Sota.
En el medio, policías y empresarios que se "suicidan" en la jurisdicción del mismo fiscal provincial, rápido para determinar como suicidios esos casos, y 25 muertes y desapariciones aún sin resolver, entre ellos, el de Nora Dalmasso, ese que rozó muy de cerca al poder político-empresarial cordobés y que indefectiblemente algún día pasará a cobrarse las facturas que le deben esos que hoy quieren tapar sus ineficiencias con la impostura de condenar los linchamientos, adornándolos con miles de peros.
viernes, 4 de abril de 2014
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