"Slavoj Žižek recordó a Ernesto Laclau en su quinta sesión en la Universidad de Princeton (Estados Unidos), reconociendo su aporte teórico y conceptual, pero a la vez señalando sus limitaciones e intentando ir más allá de sus planteamientos.
Elogió su aporte en cuanto a profundizar y dar especificidad a conceptos clave (hegemonía, antagonismo, cadena equivalencial) y señaló cuáles fueron sus críticas hacia Laclau en varios de los debates que tuvieron.
Específicamente, marcó su distancia en tres puntos:
1) Populismo. Laclau trata de hacer del populismo una categoría neutra, sin embargo el populismo implica la existencia del concepto de pueblo, necesariamente construido ideológicamente. La neutralidad oblitera el antagonismo, aquello que excede el "direct appeal to the masses" del populismo. Laclau dice que la sociedad no existe, pero habría que ir más allá también y decir, "el pueblo (the people) no existe tampoco".
2) Anti-semitismo. Laclau entiende que cualquier demanda ("political struggle") construye su significado en relación con otras demandas que forman una cadena equivalencial. Por ejemplo, la lucha ecológica se define en relación con la demanda de la ideología de Estado (sólo el Estado puede prevenir la catástrofe climática), la demanda anti-moderna (sólo regresando a un estado pre-moderno podemos prevenir la catástrofe ecológica), la lucha feminista (la explotación de los recursos naturales está en relación directa con la dominación patriarcal: el hombre domina a la "madre" naturaleza…), etc.
Žižek cree que la lucha contra el antisemitismo no puede nunca formar parte de la cadena equivalencial, es siempre excepción. Laclau llama a Žižek esencialista por esto. Éste explica que el (anti) antisemitismo es siempre diferencia pura, en un doble registro: primero, porque siempre conlleva una mistificación, y en ese sentido tiene que borrar todos los antagonismos (el ejemplo acá es Chávez, que decide coquetear con el antisemitismo por identificación contra la hegemonía norteamericana); segundo, porque el "judío" es un "empty signifier" en el sentido lacaniano: su sustancia está construida mediante la movilización de todos los miedos de una sociedad (la inmigración, la explotación capitalista, el dogma religioso). El judío es también un "master signifier of discourse": es el nombre que toma toda la cadena equivalencial de miedos y de proyecciones negativas. Hay una insuficiencia en el sistema de Laclau que a la vez organiza todo con base en la diferencia estructuralista pero substantiviza todo de nuevo con base en la identidad de la cadena equivalencial.
3) La falta de auto-reflexividad histórica de Laclau. Para Žižek, Laclau falla al no distinguir entre historicismo e historicidad. El historicismo no es capaz de ver la ideología detrás del "master signifier of discourse": tomar un concepto como neutro y organizar la evolución histórica sin entender que hay "breaks" en la historia que interrumpen un catálogo de sucesiones sin más. No se puede escribir una clasificación de modos del Estado (monarquía, república, etc.) sin más, porque hay rupturas y discontinuidades fuertes que penetran en la misma noción de Estado (en su nivel ideológico). Está lo historizado y el aparato que permite tal historización, y se tiene que desconstruir ambos niveles (lo hizo Derrida con el concepto de grama, que organiza toda la filosofía occidental y se presenta como un clúster de categorías neutras sin embargo privilegia y excluye muchas nociones dentro del logos occidental; Derrida va más allá de la hermenéutica mediante la vía del historicismo y en ese sentido es post-hermenéutico. Jameson, por el contrario, se queda en un historicismo que pide historizar e historizar pero sin dar cuenta del privilegio epistémico que organiza dicha historización).
Žižek utiliza a Hegel en contra de Laclau, y después en contra de Aye Marx (invierte aquella noción de que Marx es la mejor crítica a Hegel, diciendo que Hegel es la mejor crítica a Marx) trayendo su concepto de "concrete universality": cada tiempo histórico concreto crea su propia idea de universalidad. La universalidad está condicionada por el modo de producción de historia.
Finalmente, Žižek critica a Hardt y Negri porque no entienden el gesto pesimista de Hegel de regresar a la Revolución Francesa y ver su catástrofe (es decir, el momento post-revolucionario que niegan): la Revolución Francesa cambia los términos de la idea universal de emancipación; ya no podemos pensar la emancipación separada de esta ruptura brutal. Pero tenemos que dar cuenta del jacobinismo, el terror. ¿Cómo mantenerse fieles al evento que incluye en sí misma la peor catástrofe? El siglo XX tiene la Revolución de Octubre: cambia la idea universal de historia y emancipación, pero produce su peor catástrofe también. Esa es la paradoja que subraya Žižek, donde se cristalizan muchas pulsiones teóricas que pasan por el evento, el neo-comunismo y la crítica a la ideología. Žižek termina diciendo que el comunismo nunca dejó de ser una forma más del capitalismo, así que no es posible mantenerse marxistas hoy en día, es necesario otro horizonte teórico (Žižek regresa a Hegel porque cree ver ahí la respuesta, en el "concrete universality")".
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1 comentarios:
"Žižek termina diciendo que el comunismo nunca dejó de ser una forma más del capitalismo, así que no es posible mantenerse marxistas hoy en día, es necesario otro horizonte teórico", notable conclusión.
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