Julio Aurelio detectó que, sumadas las preferencias por Binner, Cobos y Carrió, el frente que se lanzará mañana reúne el 26% de los votos. Si se agrega a Ernesto Sanz y Pino Solanas, iguala el caudal del kirchnerismo en sus distintas variantes: Scioli, Randazzo, Capitanich y Urribarri. En la encuesta de Poliarquía que publicó LA NACION hace dos domingos, Binner, Cobos y Carrió consiguen, juntos, el 23% de los votos. Superan el 21% de Scioli, pero no alcanzan a Massa, que está en 25%. Demás está decir que esas sumas lineales son ficticias. Pero tienen un poder indicativo.
La aparición del Frente Amplio pondrá de relieve una variable subestimada por el análisis político: la influencia de las primarias en la secuencia electoral del año próximo. Aurelio descubrió que cuando al encuestado se le mencionan los candidatos de cada fuerza, en agosto de 2015 un 26,6% participaría en las internas del Frente para la Victoria; un 22,3%, en las del Frente Renovador; un 21,6%, en las del Frente Amplio, y un 12,1%, en las de Pro. La atracción por el Frente Amplio es la que más crece: 8 puntos porcentuales desde el 29 de diciembre pasado, cuando se pactó su constitución.
Los conjurados de mañana tendrán otra ventaja el año próximo. Irán unidos y con buenos augurios a casi todas las elecciones que se realizarán por adelantado en las provincias. Es el caso de Catamarca, en la que el Frente incluye a Pro; Tucumán, donde el radical José Cano puede desmoronar el imperio Alperovich, o Santa Fe, a pesar del deterioro socialista.
En las últimas 48 horas aparecieron dificultades de coordinación. Cobos y Oscar Aguad prestaron un dudoso servicio al inminente lanzamiento proponiendo la integración con Macri. Si insisten en esa propuesta en este momento, lograrán que la de mañana aparezca como una foto incompleta. Macri, agradecido: le harían un acto de campaña subliminal. Faltarían, eso sí, los globos.
La aparición del Frente tampoco es buena para Massa porque lo aleja de un objetivo: que una red de caudillos radicales le provea esa base territorial de la que, como Macri, carece. Massa intenta cautivar a Morales en Jujuy, a Cano en Tucumán, a Quiroga en Neuquén, a Buryaile en Formosa. Al convertirlos en inesperados objetos de deseo, Massa, igual que Macri, está logrando que los radicales recuperen la autoestima. Para la dirigencia intermedia es una satisfacción. Para Sanz y para Cobos, un desafío".
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Ayer, Joaco creía que Córdoba puede ser la pista de lanzamiento electoral de la nueva Alianza (con costo para De la Sota): "Dirigentes radicales se manifestaron sorprendidos por el trabajo subterráneo del macrismo en todos los distritos del país. "Eso de que no tiene estructura es un prejuicio del pasado", dijo uno de ellos. Hay un delegado del macrismo en cada provincia y en casi todos los municipios. Los radicales cordobeses están trabajando en una prueba que se hará en septiembre en un municipio de Córdoba, Marcos Juárez. Podrían hacer una alianza con el Pro local. Aseguran que están en condiciones de ganarle a una vieja alianza peronista-vecinalista que gobierna esa ciudad.
El potencial acuerdo no sólo tiene ideólogos radicales. Hay dirigentes municipales y provinciales del radicalismo que presionan por esa alianza porque sería la única manera de vencer en sus distritos. Podrían ganar, aseguran, Córdoba, Tucumán, Formosa y Santa Cruz, entre otras provincias, si ellos se acercaran al macrismo. Pero la fuerza de los reacios no es menor. Los socialistas de Hermes Binner, una parte significativa de los radicales y la izquierda de Pino Solanas prefieren que UNEN sea una constelación progresista y no una alianza antiperonista.
El problema de éstos es que el péndulo social empieza a moverse. El kirchnerismo expresó un progresismo más falso que verdadero, más incoherente que consistente. Pero la idea de que eso se llama progresismo se instaló en vastos sectores sociales que quieren despedir en 2015 a la Presidenta, a sus ideas y a sus apariencias. La conclusión es injusta para el progresismo auténtico. No hay remedio. La política está hecha de injusticias y sinrazones".
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Justamente, Morales Solá, en esta columna, da cuenta de que el intento de acuerdo entre Scioli y Massa había fracasado, mientras que Edu van der Kooy en Clarín escribía que era posible.
Hoy, el titular del bloque de senadores bonaerenses del Frente Renovador, Jorge D´Onofrio, descartó entendimientos electorales entre ambos "espacios". En declaraciones a La Red AM y en diálogo con Luis Novaresio y Rosario Bigozzi, dijo: “Scioli fue el candidato del kirchnerismo, es el kirchnerismo, y nosotros al kirchnerismo lo enfrentamos y le ganamos, y le vamos a volver a ganar en 2015. No hay posibilidades con Daniel Scioli”.
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