domingo, 4 de septiembre de 2011

Mariano Grondona, periodista contemporáneo

"La crítica no consiste en embestir rabiosamente al Gobierno, sino en analizar sus hechos y sus dichos desde una mirada independiente que persiga dos objetivos: uno, la información veraz; el otro, la opinión intelectualmente honesta aunque, desde ya, falible. ¿En qué consiste la honestidad intelectual? En que aquel que piensa las noticias no sepa, al empezar, adónde lo conducirá su reflexión, y en que esté dispuesto a sostener las conclusiones a las que ha llegado aun cuando contradigan sus intereses. "Pienso, luego publico": he aquí la consigna moral que obliga a los editorialistas y los columnistas. Una consigna tan noble como difícil de cumplir.
Queda, en fin, un último peligro por evitar: que el propio periodismo, ante la deserción de los opositores, se ponga a suplantarlos. En esta democracia adolescente que todavía somos, cada uno debería cumplir su rol. El Gobierno, administrar sin oprimir. La oposición, simplemente, existir. El periodismo, mantenerse fiel a su antigua consigna: no querer ni odiar a nadie".
Fuente
Ni para agregarle negritas da...

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