Hay que reconocerle al tipo que no se rinde. Mirá que hay que querer seguir luego de un 12% de votos, el papelón de esa noche hablando de banderas subversivas y las falsas denuncias de fraude cuando había perdido por 38 puntos (¡¡¡38 puntos!!!). Un combo que le quebró la salud e hizo correr rumores de desequilibrios emocionales bajo tratamiento médico: hace unos minutos, lució medido aunque repitiendo su fantasía del fraude.
Ayer leíamos que su vocera, Paola Juárez, en Clarín, pedía clemencia ante el Poder, prometiendo que el Cabezón puede revertir esta situación y hoy ya envía señales para intentar volver: "Duhalde se enfocará en agitar el «factor miedo» ante la posibilidad de un triunfo de Cristina de Kirchner que le permita controlar el Congreso.
Otro actor que quedaría relegado sería Carlos Citara, el publicista que
diseñó la campaña duhaldista y a quien se atribuye el eslogan Duhalde
Puede. El bonaerense busca un asesor, ya mantuvo contactos
reservadísimos con un consultor argentino, y plantea revisar su
discurso: como considera que falló el eje de un modelo a largo plazo,
buscará un tono más combativo -»no denunciativo a lo Carrió», dicen- y
de coyuntura que lo instale con «liderazgo opositor». En esa línea,
machacará con el «factor miedo» respecto de que, además del Gobierno,
Cristina de Kirchner tenga mayoría propia y control sobre el Congreso".
Para muchos, las aspiraciones duhaldistas apenas si llegarían a mantener la senaduría para Chiche, que ya se adelantó en la nueva estrategia y espetó: "Es muy peligroso si no hay cuidado a la hora de votar porque van a ir
por la re-reelección y muchísimas otras cosas que los argentinos, en
términos generales, no queremos".
Sin votos, sin fiscales propios, sin candidatos, sin aparato, con el rechazo social que supo ganarse, Duhalde va a su ocaso, ya sin fuerzas ni para un saqueo. En definitiva, el miedo a dejar de ser lo que ya no se es. Hace tiempo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario