Agustina Ayllón, abogada
"-¿Qué piensa de la gestión de Cristina Fernández?
-Cuando una persona tiene tanta concentración de poder, no le hace bien a la República. No estoy de acuerdo con su manera de gestionar ni puedo pasar por alto la corrupción, las falsedades del Indec o el escándalo de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, por más que la economía vaya bien y estemos creciendo al 8% anual.
-¿Qué opina de otras mujeres que hacen política como Lilita Carrió, Chiche Duhalde y Gabriela Michetti?
-A Chiche le tengo muchísimo respeto y creo que su plan de las manzaneras es uno de los mejores planes sociales que hubo en la provincia. Lilita es una gran política, coincido en muchas cosas de las que dice, y es importante que esté porque le hace bien a la política. Y Gabriela me parece una mujer con mucha fuerza, que se ha comprometido con lo que cree y trabaja para eso".
Beatriz Sarlo, ensayista
"“El Gobierno centraliza y no tiene ninguna debilidad por el diálogo democrático. Pero también estoy convencida de que no es pura imposición. Cuando hice referencia a la batalla cultural del kirchnerismo, señalé la renovación de simbología peronista y la plata del aparato del Estado como dispositivo, un armazón sin centro que funciona como eficaz aparato simbólico. No sé si llega hasta las puertas del shopping, pero sí a minorías muy activas en la sociedad, sensibles a mensajes culturales. No hay que mirar el habitante número 40 millones para decir que ganaron la batalla”.
–En esa minoría, ¿ubica a algunos intelectuales?
–Sin duda, es una minoría muy activa y visible. Carta Abierta es una base intelectual importante. Algunos tuvieron experiencias de exilio, vieron el PRI en México y notaron que las cosas en Latinoamérica están muy mezcladas pero, al mismo tiempo, se vieron beneficiados por medidas de este gobierno. Pero, volviendo a la batalla cultural, la pienso más en términos de masas que de minorías.
–¿Por ejemplo?
–El video “Nunca menos”, con aspecto de haber sido hecho en un garaje, está muy bien pensado. O el acto de Huracán, donde se vio el dispositivo al máximo. Hay zonas donde los mensajes están funcionando. Para decirlo de la manera más neutra posible, la muerte de Néstor Kirchner fue extraordinaria. Y lo lamento, porque fue un presidente que, de tanto pensarlo, aprendí a respetar. Pero su muerte fue extraordinaria. Las muertes le venían muy mal al peronismo. La de Eva le quitó a Perón la dimensión plebeya que ella tenía naturalmente. La de Perón evidenció la ausencia de una herencia, fatal en un peronismo que ya andaba a los tiros entre las Tres A y Montoneros. Pero la de Kirchner se da en el momento justo, como si un gran actor hubiera decidido el momento de salir de escena... Y la Presidenta tuvo la capacidad de hacerse cargo, inventó un nivel simbólico peligrosísimo, entre el llanto y la dama de hierro, muy difícil de transitar. Por el momento, esa muerte se convierte en sustento imaginario o simbólico de la que queda en escena".
Sergio Neglia, bailarín
"-¿Qué opina de Barack Obama y su gestión?
-A mí él me gusta. Pero no va a poder resolver la crisis que empezó con Bush y la guerra; tiene mucha contra, hay gente puritana y cerrada… ¡Y es morocho! Tengo amigos en las fuerzas especiales y quise involucrarme de alguna forma… hasta hice entrenamiento y tiro.
-¿Cómo ve a la Argentina?
-Buenos Aires está cada vez mejor. Viajé por el interior y lo vi hermoso. Sé que hay pobreza, pero encontré gente sonriendo, haciéndose su asadito. Estuve en Purmamarca, en Tilcara… Compré un montón de ropa tejida en telar. ¡Traje solo un bolso! ¡La próxima vengo con tres valijas! Y será con la familia, para el 8 de octubre…
-Para bailar en el Colón.
-¡Siempre hay una primera vez!".
Indio Solari, rockero
"El cantante, se definió como "un tipo de izquierda. Pero si me preguntás de qué izquierda, no sé. ¿De la nueva izquierda? Siempre hay una nueva izquierda, pero antes que eso, me considero un artista. Tengo un estilo, pero no es neutral, es de izquierda. Sin embargo, no creo en el artista militante. Creo que el artista no tiene que formar parte del sentido común de la sociedad", advirtió. Luego de subrayar que tiene "una buena opinión de lo que está pasando" en el país, aunque ello no lo "pone en las filas del kirchnerismo, ni mucho menos", según dijo".
Alan Rouquié, politólogo francés
"-Muchas veces usted parecería plantear una línea imaginaria que separa, por un lado, a los gobiernos de Evo Morales, Rafael Correa o Hugo Chávez, y, por otro, emparenta la Argentina con Brasil. ¿Es correcta esta interpretación?
-Me parece totalmente correcta. Creo que son escenarios distintos. Es evidente que en una sociedad compleja como la argentina y habiendo llegado con un 23,5 por ciento de los votos, Néstor Kirchner no podía hacer como Morales y como Chávez, que desde su llegada decidieron refundar la República. Ése es un punto a tener en cuenta, si uno mira los resultados electorales en Ecuador, Venezuela y en Bolivia, fueron elecciones aplastantes. Por otro lado, si uno mira las políticas sociales y las políticas económicas, no la retórica que las acompaña sino los resultados mismos, Brasil y la Argentina son muy parecidos. Eso sí, la Argentina lleva cierto retraso. Por ejemplo, la Bolsa Familia, en Brasil, fue implementada en 2003; aquí la Asignación Universal por Hijo llegó en 2009. Pero más allá de eso, es una política excelente porque permite erradicar la pobreza. Creo que es importante comparar con otros países. Aquí, en la Argentina, muchas veces hay una crispación política que dramatiza cualquier cosa, se dramatiza y se discute sobre políticas que en otros países son temas de consenso. La pelea contra la pobreza a través de ese tipo de asignación es un ejemplo.
-¿Y por qué considera que pasa esto?
-Ay, ahí está la cuestión… Es un país que, por tradición política y social, tiene una cultura conflictiva. Brasil, a pesar de ser un país violento, si se quiere, a nivel de la clase dirigencial, tiene tradición de consenso, de reconciliación. Aquí hay una presencia del conflicto y una dramatización de los conflictos sociales. Ojo, no es que no exista el conflicto. La política es resolver conflictos, pero acá parecería, por momentos, que sucede al revés. La dirigencia política se encarga de crearlos".
-Me parece totalmente correcta. Creo que son escenarios distintos. Es evidente que en una sociedad compleja como la argentina y habiendo llegado con un 23,5 por ciento de los votos, Néstor Kirchner no podía hacer como Morales y como Chávez, que desde su llegada decidieron refundar la República. Ése es un punto a tener en cuenta, si uno mira los resultados electorales en Ecuador, Venezuela y en Bolivia, fueron elecciones aplastantes. Por otro lado, si uno mira las políticas sociales y las políticas económicas, no la retórica que las acompaña sino los resultados mismos, Brasil y la Argentina son muy parecidos. Eso sí, la Argentina lleva cierto retraso. Por ejemplo, la Bolsa Familia, en Brasil, fue implementada en 2003; aquí la Asignación Universal por Hijo llegó en 2009. Pero más allá de eso, es una política excelente porque permite erradicar la pobreza. Creo que es importante comparar con otros países. Aquí, en la Argentina, muchas veces hay una crispación política que dramatiza cualquier cosa, se dramatiza y se discute sobre políticas que en otros países son temas de consenso. La pelea contra la pobreza a través de ese tipo de asignación es un ejemplo.
-¿Y por qué considera que pasa esto?
-Ay, ahí está la cuestión… Es un país que, por tradición política y social, tiene una cultura conflictiva. Brasil, a pesar de ser un país violento, si se quiere, a nivel de la clase dirigencial, tiene tradición de consenso, de reconciliación. Aquí hay una presencia del conflicto y una dramatización de los conflictos sociales. Ojo, no es que no exista el conflicto. La política es resolver conflictos, pero acá parecería, por momentos, que sucede al revés. La dirigencia política se encarga de crearlos".
Darío Lopérfido, empresario
"-¿Alguna vez intentaron acercarlo al kirchnerismo?
-Sí, porque tengo muchos amigos ahí también. Amigos de toda la vida, que estaban en el gobierno de la Alianza pero que ahora no lo dicen mucho. En ese sentido, la gente del PRO me parece más cool que los K. Del otro lado hay hordas de fanáticos. Y yo identifico al fanático, básicamente, con una persona poco inteligente. No soy K, pero nunca le faltaré el respeto a la Presidenta. Cuando me pidieron que apoyara el matrimonio igualitario lo hice y salí con Esmeralda en un spot. Cuando hay algo que no me gusta, como los ataques a la prensa, lo digo también. La libertad intelectual es lo mejor. La vida no es monocolor ni de un solo carril ideológico. El nivel de debate político en la Argentina me parece de subsuelo. Y no quiero bajar ahí.
-¿Tiene alguna opinión de la política cultural del oficialismo?
-Creo que hacen algunas cosas muy bien. El canal Encuentro, por ejemplo, me parece formidable. Lo que me resulta extraño, como de gestión pueblerina, es hacer todo hablando de su fuerza política y de Perón y de Evita. Parece de “La fiesta del Chivo”, la novela de Mario Vargas Llosa sobre la vida de Trujillo. Es muy poco republicano poner a trabajar con los presupuestos públicos solamente a la gente que piensa como ellos.
-¿Hay similitudes entre La Cámpora y el grupo Sushi?
-Ninguna. Ellos son una organización política que acumula cargos y poder y nosotros, jóvenes especialistas en nuestras áreas, que solo queríamos gestionar bien".
2 comentarios:
Por alguna razón Sarlo es la más "intragable". No sé si su curriculum será tan genial, pero creo que lo importante de una vida "no es como se la empieza sino como se la termina"
¡La Sarlo es la nueva Doña Rosa!
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