¿Es una service-protección a su nuevo aliado Mauricio, apretado estos días por el Grupo ya que no quiere aflojar para aceptar a la massita en la provincia de Buenos Aires?
¿O es sólo un placer que se quiere dar Lila al mandarse una cristinada como forma de testear si algo de poder ha acumulado con sus jugadas en Recoleta de los últimos años o en verdad a nivel nacional sigue siendo tan intrascendente electoralmente como desde 2011?
La cosa es que a Lilita la enojó y mucho lo siguiente de la columna del miércoles pasado del abusador de los potenciales sobre la fallida operación de tirarle el cadáver de Nisman al gobierno nacional: "La oposición hizo poco. O hizo lo que pudo hasta que percibió la esterilidad de sus acciones. ¿Por qué razón habría que haber aguardado otra cosa de esa oposición ante un tema de semejante envergadura cuando todavía no ha logrado resolver la ecuación electoral que arrancará con las primarias de agosto?".
El miércoles, con Longobardi, en radio Mitre, Lilita lo trató de ignorante deliberado al compañero del General Blanck y aseguró que "Van der Kooy miente". Perdón, en verdad, lo acusó de tener "ausencia deliberada de vocación por la verdad" (minuto 2'30'' del video).
Y pidió derecho derecho de réplica en Clarín, que le concedió el espacio el jueves: "Cuando leo a un formador de opinión como usted realizando afirmaciones de este tipo siento en primer lugar un enorme dolor porque no fue fácil trabajar en este caso, corriendo riesgos personales, soportando presiones desagradables, sabiendo además que el poder operaba para que el caso quede en el olvido. En segundo lugar siento un injusto y desagradable sabor amargo. Debido a que mi seguridad personal y la de mi familia no estaba garantizada por problemas de amenazas, estuve acompañada por custodia personal y, ciertamente, en muchos casos, sin posibilidades de movilizarme.
Desde mucho antes de la muerte de Nisman, en rigor desde las elecciones legislativas de 2013, vengo trabajando para construir la “ecuación electoral” que a usted tanto le preocupa. Creo haber hecho y estar haciendo, especialmente en estos días, el mayor esfuerzo que haya hecho cualquiera de los líderes políticos nacionales. Con toda mi historia y toda mi intransigencia trabajo en los acuerdos más amplios posible para sacar al país a la república, al desarrollo económico, a la igualdad, liberarlo del crimen organizado, del narcotráfico y de las mafias y en equilibrar el poder. Si, todo eso, con mis aciertos y mis errores, creo que los aciertos no han sido pocos y que por los errores siempre estoy dispuesta a pagar personalmente los costos.
Ahora bien, sigo y seguiré luchando por la verdad del caso Nisman, investigué y declaré sin su reconocimiento. Sigo y seguiré trabajando por los acuerdos más amplios posibles para cambiar el poder. Pero insisto, con la muerte de Nisman no se especula electoralmente. No nos confundamos y no confunda. Con la república tampoco se especula, por eso sigo trabajando aunque a usted no reconozca la “ecuación electoral” o tal vez solo no le guste".
Los roces entre Carrió y uno de los editores responsables del diario Clarín no son de ahora. Se remiten también al año pasado, cuando el Grupo estaba entusiasmado con Massa y Lilita denunciaba que el tigrense era ir al Narcoescándalo.
El jueves, le tocó el turno a Nelson Castro, que se quiso pasar de vivo con la primera pregunta y recibió la andanada de ironías y ataques subrepticios propio de las personas consensuales y educadas, republicanas. Hasta que llegó el momento en que Lilita sintió que a ella también el dr. Hubris la telediagnostica: lo calificó de "periodista personalista" y le pidió que vea a su médico.
Imperdible también que Lilita le haya cedido a Editorial Planeta los derechos sobre su plataforma política (minuto 4'40'' del video). Es decir, el elector que quiera acceder a las propuestas del carriotismo deberá pagarle primero a Planeta.
Dislates del republicanismo que nos viene a salvar.
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