domingo, 21 de junio de 2015

La falsa teoría de los fueros: el amargo caso de Julio Bárbaro #RelatoAntiK

El analista de medios para Clarín no logró ni ser candidato a vice de De la Sota, que prefirió a la Rucci.
Seguirá dando vueltas por los medios del Grupo, despotricando contra el kirchnerismo que, según él, fundó con Néstor en El Calafate. Ni Alberto F. lo acompaña, consciente del poderío K para las próximas elecciones.
Pero el padre de Carmela fue uno de los tantos exponentes de la teoría que ayer se terminó de desmoronar: que La Shewua iba a ser candidata a algo con tal de seguir teniendo fueros que la protegieran de todas las causas judiciales con las que el sector republicanista del país intentará meterla presa luego del 10 de diciembre.
Luego de la confección de las listas (proceso que finalizó anoche), se confirmó que Cristina no será candidata a nada.
Ante esto, ¿qué debería hacer un republicanista honesto intelectualmente?
Veamos.
En abril, Bárbaro sentenció: "El ciclo histórico del kirchnerismo está agotado. Ellos no se lo quieren bancar, pero ya está. Los menemistas cuando se iban eran exactamente lo mismo: lloraban, pataleaban. Pero tuvieron que irse. De hecho, a Cristina la historia le va a reservar el mismo lugar que a Menem: con fueros y sin dignidad".
En octubre del año pasado, había atacado: "La concepción conspirativa de la historia nos pone a imaginar cosas que ellos no imaginan. Para imaginarse abajo del poder hay que tener una voluntad y una grandeza... Si en lugar de bajarse del poder, el poder te tira, te lastima cuando te caés. El poder la tira. Cuando llame a cadena nacional va a haber un fotógrafo con una maquinita. Es patético. Los enamorados del poder cuando lo pierden se vuelven patéticos. Ella es igual que Menem".
Hoy, ante la evidencia de la vana operación que ayudó a instalar, hace como si nada: "La Presidenta acomoda todo para asegurar su continuidad en el poder, y la vigencia permanente de la impunidad. Siembran el miedo a los que sentimos que no soportamos que sigan gobernando, miedo a que se imponga este autoritarismo mediocre y enfermizo, que dice ser de izquierda o progresista, e insiste con  el cuento de “los grupos monopólicos”".
Un compañero de ruta de Bárbaro, Ricardo Roa, hoy en Clarín, es más elegante en el error: "Se esperaba ver a Cristina en la lista pero no necesitará estarlo. Ha puesto al vice, que será a la vez presidente del Senado, y al gobernador de Buenos Aires y fichó a los diputados, incluido Máximo. Controla los servicios de inteligencia, los fiscales, el aparato de propaganda y los organismos clave del Estado. En caso de ganar, Scioli deberá enfrentar los problemas económicos y sociales reales y torcerle el brazo a Cristina o resignarse a ser un presidente formal, simplemente flotando mientras La Cámpora gobierna en una grotesca reversión del vínculo Cámpora-Perón del 73".
Tantos otros que se esmeraron en cimentar otra de las operaciones del desgajado #RelatoAntiK, hoy hacen silencio.
Desde el 10 de diciembre la tendrán a La Shewua toda para ellos y sus brazos judiciales independientes.
La contraparte de este ínfimo saldo para los opositores es que lo harán desde la más absoluta inferioridad de fuerzas, como esta semana desnudó: la descarnada prepotencia del kirchnerismo se encamina a un nuevo triunfo electoral, ante el desmadre y la insignificancia mediático-opositora.

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