Ni la aplastante derrota de Pichetto pudo moderar el miedo a una nueva derrota nacional (está bien, la performance de Perotti aguó los festejos. Ni qué hablar de los chanchullos de los impolutos socialistas y macristas).
Para colmo, La Shewua ayer anunció ("ca-de-na-nú-me-ro-24") aumento de la AUH y las otras asignaciones. Y mandó otra fórmula inentendible para Moralito y Pato al Congreso. Habrá que oponerse, che, como en el aquel hito cacerolo de decirle que no al aumento de las jubilaciones.
¡Qué tiempos aquellos, cuando el kirchnerismo iba a perder!
¡Por supuesto que este nuevo anuncio populista no va en tapa!
Ahora, sí. Va ésta: "El 17,6% de los chicos no accede a un desayuno adecuado".
Tomen. Sáquenle una foto.
Y de paso, va la editorial de hoy: "No son pocos quienes consideran que, cuando se haga un balance objetivo de los logros del kirchnerismo, los planes sociales posiblemente figurarán entre los aciertos de una gestión que se prolongó a lo largo de 12 años.
Sin embargo, dos argumentos refutan esa posibilidad. En primer lugar, un plan de ayuda social jamás puede ser un logro, pues se trata de una medida de forzosa índole provisoria para hacer frente a una emergencia y asistir a quienes lo necesiten hasta que el país supere esa eventualidad.
En segundo lugar, cuando se inquiere por el origen del dinero que financia esos planes, se advierte con sorpresa que proviene en su mayoría de fondos destinados a los jubilados.
En el mejor de los casos, son paliativos que hacen un poco más llevadera la prolongación de una situación crítica, pero que, por desgracia, terminan convirtiéndose en una forma de vida precaria y sus beneficiarios, en votantes casi obligados del partido gobernante por temor a que un régimen de distinto signo político se los quite.
Como agravante es preciso mencionar que, como anunció el titular de la Anses, Diego Bossio, en virtud de la nueva moratoria hay 516.992 nuevos jubilados en la Argentina que ya están cobrando su primer haber, con lo que se superó la cifra inicial estimada en 473.000. Si se incluye también la primera moratoria del kirchnerismo, en 2005, han sido incorporados al sistema de la seguridad social más de tres millones de beneficiarios.
En los 12 años de gestión kirchnerista no se atacaron las razones de fondo de la pobreza y la indigencia y se quiso paliar estos dos flagelos mediante los planes sociales, de claro sello clientelista, que constituyen un engaño, estafando a sus legítimos beneficiarios para hacerse de votos cautivos".
¡Kirchneristas tenían que ser!
Ayer el procesado Pagni aleccionaba con su cacerola whiskera, inolvidable: "Las elecciones de ayer reforzaron varios rasgos que parecen inamovibles en la política argentina. De nuevo aparecen dos países, diferenciados por la complejidad del tejido económico y social y por sus distintas vinculaciones con el Estado. El kirchnerismo tiene enormes dificultades para imponerse en las regiones donde prevalecen los aportantes de impuestos. Las mismas que presentan las fuerzas de oposición para hacer pie en aquellas en las que predominan los consumidores de impuestos, condenados a depender de un subsidio para poder sobrevivir. Esta distinción, que estuvo siempre sugerida, se ha vuelto más marcada. Como si la Argentina tendiera a ser Brasil, donde Norte y Sur votan enfrentados. Es la fisonomía electoral del populismo".
martes, 16 de junio de 2015
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