"–¿Qué impacto tuvo el seguro de cambio que implementó el Banco Central en 1982?
–Fue la estatización de la deuda privada. Lo diseñaron González del Solar y Cavallo. Tuvo un costo de 15.000 millones de dólares, por lo que la dictadura llevó la deuda de 5.300 a 45.000 millones. Cavallo les dijo a las empresas más beneficiadas, como Celulosa, Pérez Companc, Citibank, Acindar, Bridas, Alpargatas, Banco Ganadero, Fortabat y Techint, que refinanciaran sus deudas en dólares a largo plazo, que el Banco Central les vendería dólares al precio de ese momento. De esa forma, les licuó la deuda, en medio de un período de alta inflación. Alfonsín aceptó la continuidad del seguro de cambio, que estaba decretado hasta 1986.
Alfonsín, evalúa Galasso, intentó pelear para demostrar la ilegitimidad de la deuda hasta 1985. “Incluso logró rescatar las valijas con documentación que se habían llevado los hijos de Grondona y Martínez de Hoz del estudio Klein-Mairal. Esa información se encuentra hoy en el Congreso”, revela. Sin embargo, el gobierno radical no pudo sostener su posición. “Alfonsín argumentó que su gobierno dependía mucho del apoyo de Europa y Estados Unidos”, recuerda. En 1988, ocho meses antes del golpe de mercado que lo derribó del poder, Alfonsín dejó de pagar los intereses de la deuda. Carlos Menem “arregló las cosas, a favor de los acreedores, con el Plan Brady de 1992, tomando a valor nominal títulos que valían en el mercado un 18 por ciento”.
“Alfonsín le dejó a Menem una deuda de 60.000 millones de dólares, y Menem la llevó a 122.000. Además, aceptó la capitalización de bonos en la privatización de empresas públicas. Fue una pérdida enorme para el Estado, que condiciona el futuro de varias generaciones”, interpreta Galasso. De la Rúa terminó con 132.000 millones".
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"Este mecanismo financiero les permite a grandes empresas endeudadas en dólares, asegurarse determinada cantidad de divisas extranjeras, que le será entregada entre uno o dos años a la cotización de hoy, aun cuando el dólar haya crecido su valor en dos, tres o más veces.
En concreto, se trata de una estatización, pues el Estado carga con una diferencia muy importante, es decir, significa una transferencia de deuda desde el sector privado hacia el Estado. Alfredo y Eric Calcagno estiman que dicha transferencia alcanza, entre 1981 y 1983, a 14.500 millones de dólares. Por su parte, Claudio Lozano, posiblemente en razón de que los seguros de cambio operan durante un tiempo más, se refiere a la "estatización de cerca de 20.000 millones de deuda privada.
Estadísticas revelan esa transferencia de deuda de un puñado de empresas sobre el resto de los argentinos. Varias de ellas, las más importantes, operan luego en el negocio de capitalización de la deuda a través del cual se privatizan las empresas de servicios públicos. O lo que es lo mismo: ellas contrajeron deuda externa, la transfirieron al Estado a través de la estatización, luego cuando esos mismos títulos cayeron a valores muy bajos en el mercado mundial los adquirieron convirtiéndose en acreedores de deuda externa y con esos mismos títulos –a través de los cuales ellos compraban barata la misma deuda externa que habían contraído y no habían pagado, ahora cotizados a valor nominal- se quedaron con las empresas públicas".
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El rol de Melconián para legalizar la estafa
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