Han sido días duros, ¿por qué negarlo?
Las tapas del matutino de Ernestina y Magnetto así lo reflejaron durante la semana.
El primer día, compensando con el allanamiento de la AFA; desaparición total del tema el jueves y viernes; y el regreso forzado, hoy, un poquito, por la foto del abrazo entre Estela y su nieto.
Todo, en un esfuerzo enorme para que el tema Boudou no se les fuera por la canaleta del amor y el consenso a los que convocaba la restitución de la identidad de Ignacio.
Pero qué pasó con los columnistas.
Hay varios que se llamaron a silencio sobre el tema: especialmente Edu van der Kooy el miércoles (día habitual de su columna semanal -además de los domingos-) y Lanata hoy, que prefiere analizar el discurso de CFK del jueves.
La intención de siempre de encontrarle algo negativo a algo tan positivo siempre estuvo y se trasluce en algunas de las siguientes columnas de opinión.
El que se animó a ir bien lejos fue Blanck, que directamente relacionó este caso con los hijos de su jefa.
Nunca menos.
El Colo K, el miércoles: "La de ayer fue una gran noticia para la democracia. Para todos los argentinos que, se ubiquen como se ubiquen y piensen como piensen, coincidan en que la construcción del futuro requiere apoyarse en la verdad.
La genuina alegría por el resultado de esta búsqueda supera ampliamente los sesgados cánticos con los que se cerró la conferencia de prensa de ayer. Es que la reivindicación de la defensa de los derechos humanos es, qué duda cabe, una bandera que está más allá de cualquier aprovechamiento mezquino y de su utilización política para descalificar a cualquier sector o usado como herramienta política persecutoria.
Por ese apoderamiento político y su aprovechamiento por una facción –hay notorios ejemplos en los últimos años que obstinadamente, a pesar de las evidencias objetivas, continúan abiertos– se ha desvirtuado su contenido, dividido las organizaciones de defensa de derechos humanos, alejado y discriminado a luchadores y luchadoras, quienes no merecen ese destrato histórico".
Blanck, ayer: "Resulta cuando menos curioso que en el sistema de difusión del oficialismo se haya opacado notoriamente el papel decisivo del Banco de Datos Genéticos.
El prestigio del trabajo de estos científicos se edificó en el necesario contexto de fuerte prescindencia del interés político.
Algo de ese espacio incontaminado de parcialidad podría estar en riesgo a partir de una ley votada en 2009 por la cual el BNDG debe pasar a la órbita del gobierno nacional, más específicamente al Ministerio de Ciencia y Tecnología, que ya tiene preparados para ello dos pisos en un edificio de la avenida Córdoba.
Quienes cuestionan el pase del Banco al gobierno nacional señalan que restringir su tarea sólo a los temas vinculados a los derechos humanos favorecerá el negocio de laboratorios privados dedicados a la genómica humana. Al limitarse la acción del organismo público con capacidad para hacer esa tarea, esos laboratorios serían los únicos en condiciones de llevar adelante la mayor parte de los estudios genéticos demandados.
Una de las disposiciones de la ley de traslado del BNDG es la designación de un nuevo director. Debe hacerse por concurso y ya hay impugnaciones. Organismos de derechos humanos cuestionaron, por ejemplo, la postulación de la doctora Mariana Herrera. Aducen sus vínculos con laboratorios privados de genética y el que haya integrado el comité que reglamentó la ley. La doctora Herrera, de estrecha relación con Abuelas de Plaza de Mayo, fue también perito de parte de la familia Lanouscou-Miranda, que reclamaba como nieta a Marcela Noble Herrera, hija de la directora de Clarín.
Como se recordará, el BNDG determinó en 2011 y 2012 que los hermanos Noble Herrera no son hijos de desaparecidos".
Roa, hoy: "También sobraron palabras sobre Ignacio, el nieto de Estela Carlotto
recuperado. Pero no de él. La jueza reveló su nombre cuando correspondía
mantenerlo en reserva y la propia Carlotto hizo un acto de propaganda y
habló con Cristina antes de encontrarse con su nieto".
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