A tenor de la nueva ley, se creará un registro especial en el ministerio de Justicia donde se inscribirán las ONG que “participen en procesos políticos, realicen acciones políticas para influir en las decisiones de la política estatal y para formar la opinión pública con fines políticos” y que reciban financiación internacional. Las ONG incluidas en esta categoría estarán obligadas a presentarse como “agentes extranjeros” y a hacer constar esta característica en sus actividades y publicaciones.
La expresión “agente extranjero” se asocia a la condición de “espía” en Rusia, aunque es aplicable también a un sujeto económico o comercial. De ahí que los representantes de algunas de las más importantes ONG rusas, como Grupo de Helsinki de Moscú (derechos humanos), Memorial (derechos humanos y superación del estalinismo) o “Golos”, que se ocupa de la vigilancia electoral, se hayan negado a definirse como “agentes extranjeros” aunque reciben financiación extranjera y ejercitan funciones que desde el punto de vista de esta nueva ley pueden ser consideradas como políticas.
Próximamente, la Duma tendrá que también definirse sobre un proyecto de ley que obligará a presentarse como “agente extranjero” a las publicaciones editadas con capital internacional".
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La ley entró en vigencia ayer miércoles y recibió el rechazo de las principales ONGs, que se declararon en desobediencia civil.
""No cumpliremos esa ley absurda. No nos declararemos agentes extranjeros por que no lo somos. Eso sería mentir. No trabajamos para otro país, sino para los ciudadanos rusos cuyos derechos son violados por el Estado", aseguró a Efe Ludmila Alexéyeva, veterana activista soviética y rusa.
"En Rusia agente extranjero se entiende como algo negativo desde la era soviética. Es como ser un enemigo del pueblo. Esto es muy peligroso. Si nos declaramos agentes extranjeros, según la nueva ley sobre alta traición, se nos puede acusar de espionaje", afirmó Grigori Melkonyans, subdirector de la organización Golos (Voto).
Los responsables de las ONG que se nieguen a presentar la documentación para ser incorporadas al registro podrán ser sancionados con multas de hasta 300.000 rublos (9.200 dólares), 480 horas de trabajos comunitarios e, incluso, penas de prisión.
"Las ONG debemos dar ejemplo de resistencia ante una ley tan represora, contra los planes de instaurar un Estado cerrado y autoritario. Lo peor que nos puede pasar es que nos metan en prisión", declaró a Efe Lev Ponomariov, dirigente de Por los Derechos Humanos.
Putin ha apoyado la ley con el argumento de que EEUU lleva décadas defendiéndose con una legislación similar de la influencia exterior.
Los activistas replican que la ley hace una interpretación tan amplia y libre sobre el concepto de actividad política que cualquier organización puede verse afectada, lo que consideran una actitud típica de Estados totalitarios.
Anteriormente, el Gobierno ruso ya cortó a las ONG una de sus principales fuentes de financiación, al ordenar el cierre de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) por "influir mediante la entrega de subvenciones en los procesos políticos"".
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Perfecto
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