Desde ayer que el Grupo repite que no quiso incriminar a los periodistas y legisladores que denunció en su presentación judicial. Hoy apenas si le sale convocar a sus caceroleros para que vayan a apretar a la Corte Suprema y acusar a El Perro de ser "asesor informal" del gobierno nacional.
Su socio de tropelías ayer decidió despegarse y hoy titula: "Marcha atrás de Clarín en su denuncia contra periodistas que lo criticaron".
"El Grupo Clarín presentará hoy en tribunales una
rectificación de la denuncia penal que hizo el jueves pasado contra
funcionarios nacionales y periodistas de medios públicos o afines al
Gobierno por los posibles delitos de incitación a la violencia colectiva y coacción agravada
, figuras que prevén penas de hasta seis y diez años de cárcel,
respectivamente. Solicitará allí que los periodistas sólo sean
convocados a declarar como testigos y no como imputados.
Los abogados del multimedio decidieron hacer la nueva
presentación ante numerosas críticas de periodistas, asociaciones
profesionales, organizaciones de la sociedad civil y dirigentes
políticos del oficialismo y de la oposición, que cuestionaron en duros
términos la denuncia de Clarín. Todos coincidieron en que la presentación significaba un intento de
criminalizar las expresiones de los periodistas y que ponía en riesgo la
libertad de expresión", admite la crónica sin firma.
El diario del Colo prefiere no jugarse y se refugia en el término multiuso "polémica". "Polémica por una denuncia del Grupo Clarín contra funcionarios K y periodistas", titula, para quejarse: "En los últimos dos años hubo críticas durísimas y denuncias por parte
del kirchnerismo contra periodistas de diferentes medios del grupo que
incluyeron la difusión de afiches negativos y personalizados. De todos
modos, en esas circunstancias los funcionarios del Gobierno no se
preocuparon por el ataque a la libertad de expresión como si lo hicieron
en las últimas horas".
Fernando González, su director, admite: "La denuncia del Grupo Clarín contra funcionarios K por supuesta
instigación a la violencia incluye un error grave que debería
corregirse. Es el pedido de citación a periodistas como eventuales
testigos de esos actos. Un abogado del grupo dijo que retirarían la
denuncia si los periodistas aclaraban que sus dichos eran opiniones y no
información. Aún así, la presión es inaceptable".
Mientras (¿el renovado?) TN repite las palabras del abogado de sus patrones de que todo fue un malentendido (actitud criticada por Verbitsky en la conferencia de prensa: “Los periodistas están denunciados. Hay una contradicción flagrante entre esta desmentida y la denuncia judicial”), Horowicz anuncia: "Que un poderoso grupo económico judicialice la defensa de sus intereses
no llama la atención; ahora bien, que incluya en su defensa el ataque a
periodistas profesionales, por argumentar en su contra, nos anuncia el
inicio de una campaña de terrorismo mediático a caballo de que los
gobiernos pasan y Clarín queda".
En Perfil, le dedicaron más espacio a las desmentidas del Grupo, al extremo de que el director del diario, Gustavo González, fue más clarinista que Wortman Jofré y Asociados: "A través de su cuenta de Twitter, el periodista hizo un pormenorizado estudio, foja por foja donde concluye que “en ningún lado” aparece “el pedido de cárcel para los periodistas”".
Brienza se pregunta: "Quien debería informar, deforma; quien debería defender la libertad de
expresión, la conculca. ¿Es desesperación? ¿Es el prólogo a una maniobra
genial y maldita? ¿Ha dejado Magnetto de ser infalible? ¿Habrá vencido
esta batalla la Democracia argentina, finalmente?".
"En la Argentina, como consecuencia de décadas de lucha de militantes,
periodistas y organismos defensores de derechos humanos, se han
despenalizado el desacato, las calumnias y las injurias. Los abogados
denunciantes quieren burlar esos avances, valiéndose de un atajo
argumentativo.
Es un precedente infausto e inédito. Jamás un medio de difusión, en
un período democrático, procuró condenas contra periodistas por delito
de opinión. Un record para las peores páginas del Guinness.
La presentación es insostenible jurídicamente. Políticamente es una provocación y un intento de amedrentar", advierte Wainfeld, y exige: "Para todos los colegas, laburantes ellos, es duro y hasta doloroso
afrontar una acusación penal. Intimida, preocupa a las familias, los
compañeros y los amigos. Es flagrantemente injusto y prepotente. El juez
y el fiscal de la causa tienen a mano la posibilidad (el deber, por
mejor decir) de archivar la causa cuanto antes. Y la potestad de
sancionar la malicia de los denunciantes. Si lo hacen, por una vez, los
tribunales impartirán justicia".
Mientras tanto, la oposición al gobierno nacional, con el paso de las horas, se fue animando a criticar al actor social que la mayoría de las veces le marca la agenda, al extremo de retarla cuando no responde a sus intereses. También el mundillo periodístico se expresó en contra de la torpe jugada de Clarín, entre ellos periodistas del Grupo, que principalmente luego del mediodía de ayer (después de escuchar la increíble entrevista del silencioso Lanata al abogado del Grupo) se dieron cuenta que era una buena oportunidad de mostrarse como periodistas objetivos e independientes aún con sus propios patrones. Casi un favor.
martes, 27 de noviembre de 2012
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