La Nación: "En el propósito de quebrantar al multimedio Clarín, el Gobierno no
vacila en acudir a todas las estrategias que se puedan imaginar,
ejerciendo abusivamente un poder que le ha sido conferido para otros
fines y recurriendo a presiones que superan enormemente las que pudo
haber efectuado, hasta ahora, cualquier otro gobierno democrático
anterior. No sólo se trata de forzar a los jueces a que resuelvan en el
único sentido que satisface al Poder Ejecutivo, sino que, intuyendo
quiénes no se someterán a ello, se los pretende cambiar por otros
magistrados nuevos.
"El Poder Ejecutivo -ha declarado el Colegio de Abogados de la Ciudad
de Buenos Aires- está a punto de dar el golpe de gracia a la
independencia del Poder Judicial. La estrategia del Gobierno consiste en
avanzar, en simultáneo, en todos los frentes posibles y hasta donde se
lo permitan."
Esto es lo que debe evitarse y, en una situación
extrema como ésa, nadie en su sano criterio debería encontrar provechoso
el espectáculo imaginario de colocar a la Corte Suprema en el arduo
trance de pronunciarse sobre la más sensible cuestión pública, en
circunstancias en que el Gobierno perfecciona la puntería de los
cañones. El Poder Ejecutivo dispara como si fuera un enemigo a quien ose
interponerse en su voluntad de consolidar un poder político
absolutamente hegemónico. Estamos ante un final todavía abierto, pero el
precio pagado hasta aquí por la independencia de los poderes, por la
libertad de prensa, por la propiedad privada y, por encima de todo, por
la República, es de tal magnitud que ni siquiera podría afirmarse que el
Gobierno saldrá indemne de todo esto, aunque pueda obtener sus viles
objetivos".
Viau: "El oficialismo cerraba el cerco sobre los jueces que quiere
desactivar en su ruta al 7-D: la ciudad se cubrió de afiches de la
revista XXIII con el rostro de Ricardo Recondo, juez y miembro del
Consejo de la Magistratura. La cartelería de Sergio Szpolski, un creador
de productos tóxicos, utilizados hasta para incidir en los divorcios de
las parejas de sus socios, vinculaba a Recondo con la ex SIDE. Unos
días antes había naufragado el intento de crucificarlo por haber sido
miembro de la Justicia durante la dictadura, imputación que no
resistiría un prominente hombre del máximo tribunal, juez penal durante
el Proceso de Reorganización Nacional y del que uno de sus ex colegas
cuenta que “contestaba menos hábeas corpus que yo”. Luego de Recondo le
tocó el turno a Francisco de las Carreras, “culpable” de haber asistido a
un seminario sobre propiedad intelectual organizado por una ONG, en
Miami. La foto de De las Carreras, incluso en sus vacaciones, ilustró
las pantallas de los canales que forman parte de la inmensa constelación
de medios “K”. Recondo y De las Carreras resisten el embate, pero el Poder Judicial está asustado: ¿quién tiene el temple necesario para hacer frente a la propaganda
oficial?, ¿quién no se siente vulnerable si la vida de padres, hermanos o
hijos es simple material para la extorsión?
La Secretaría de Inteligencia hurga en los basurales para disciplinar a los rebeldes.
El gobierno de Cristina Fernández se “isabeliza” y el encierro no es el menor de sus parecidos. Un entorno minúsculo caracterizó a María Estela Martínez luego de la muerte de Juan Perón. Esa misma atmósfera viciada es la que respira la señora de Kirchner después del fallecimiento de su esposo".
Morales Solá: "Cinco jueces fueron abatidos en apenas quince días. Pertenecían todos al
mismo fuero, el Civil y Comercial, que debe resolver sobre la obsesión
presidencial para desguazar a un multimedio periodístico. La minoría
opositora del Consejo de la Magistratura fue sometida al escarnio
público y uno de sus miembros, Ricardo Recondo, fue blanco de una
intensa campaña pública de calumnias. La Corte Suprema de Justicia está
siendo acosada con el proyecto oficialista del per saltum, que la
obligaría a saltar por encima de las todas instancias judiciales para
decidir directamente sobre asuntos considerados trascendentes por el
kirchnerismo. La calidad de la democracia argentina fue puesta, así, en
un peligroso proceso de caída libre, cuya conclusión será la
instauración de hecho de un régimen autoritario.
El conflicto está en los fines y en los medios. El fin es la destrucción
del principio de la división de poderes. No es un problema sólo de la
dirigencia política; es, sobre todo, una cuestión clave de la sociedad.
La libertad depende de la división de poderes, según la definición de
Montesquieu. Sin un poder judicial independiente, la libertad política
estaría terminada. El medio, a su vez, es la difamación de personas que
han hecho una larga carrera judicial y que cuentan con prestigio como
jueces. Vidas reinventadas, acusaciones falsas, rumores de deshonra,
mentiras inhumanas. El enorme poder mediático de ofensas y ultrajes del
kirchnerismo alcanzó en los últimos días su incomparable apogeo. Todo
vale".
Fargosi con Ruiz Guiñazú: "Esto es un absurdo. Hemos convertido el eje de nuestra vida en una
circunstancia que, en el mejor de los casos, era para canalizar hacia la
Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. No más que eso. Un
monopolio… Dicho sea de paso, lo del monopolio es algo que ha instalado
“el relato” porque veo que hay otros grupos multimediáticos que no son
ése. El Gobierno es un grupo; Szpolski es un grupo; Vila-Manzano es un
grupo; Cristóbal López también, etc., etc. Mire, en lugar de estar
hablando del futuro los argentinos estamos hablando de rencillas de
tercera importancia de poder. Nosotros tendríamos que estar hablando
acerca de cómo mejorar el sistema carcelario; cómo mejorar el sistema
penal; cómo acelerar los juicios; cómo brindarle propuestas a la gente.
Yo no dejo de pedirle a cada uno de los jueces que sea consciente
de la responsabilidad que tiene. Es una responsabilidad excepcional:
mucho mayor que la que puede tener un policía, un gendarme… Los jueces
“son” la defensa del sistema. No existe democracia sin jueces. Puede
haber un sistema bicameral o unicameral, primer ministro, etc., pero de
lo que no se puede prescindir en el mundo moderno es de un sistema
judicial firme. Entre otras cosas hay que tener valentía para ser juez.
Aquí y en todos lados. Las amenazas que recibe un juez de parte del
poder, de un delincuente, etc., son reales. El poder, por definición,
tiende a condicionar a la prensa y a la Justicia. Pero no estoy hablando
solamente del poder kirchnerista. Me refiero, en mayor o menor medida, a
todos los poderes del mundo. Hay gobernantes más demócratas que otros.
Pero lo que no podemos hacer es suponer que en la vida esto no genere
rispideces, tensiones, presiones, pero para ello está la entereza… Y no
me parece estar pidiendo demasiado.
El hecho de decir que no se aceptan presiones significa
que hay presiones. Como no tengo los condicionamientos de un juez de la
Corte, por lo menos en lo personal, lo digo claramente. De hecho, junto
con otros cinco colegas he sido denunciado penalmente. El gobierno de la
nación argentina me considera un delincuente y por eso me ha denunciado
a raíz de la acusación que el señor jefe de Gabinete ha presentado hace
15 días “por supuesto abuso de autoridad e incumplimiento de deberes de
funcionario”. Esto contra los consejeros que no votamos a favor de los
designios del Gobierno, y lo que nos están diciendo en castellano básico
es que somos cinco delincuentes. Y yo a esto contesto que no soy un
delincuente sino que estoy ejerciendo el derecho de voto que me han dado
los que me votaron. Por suerte, en los últimos días hemos recibido el
generoso respaldo de los senadores y diputados de la oposición.
El jefe de Gabinete habría querido lisa y llanamente que votemos a favor de sus candidatos a jueces. Y,
repito, nuestra función no es ésa: consiste en que cada uno de nosotros
vote conforme a su leal saber y entender".
Castro: "Lo que está haciendo la Presidenta en su desenfrenado enfrentamiento
contra Clarín es de una profunda gravedad institucional presente y
futura. La colonización judicial que está produciendo el kirchnerismo es
brutal y peligrosa. Están siendo nombrados jueces de dudosas cualidades
éticas y que, en muchos casos, exhiben un muy pobre conocimiento del
Derecho. Jueces como éstos son fácilmente manipulables, lo que es ideal
para cualquier gobierno. En ese tren, el ministro de Justicia Julio Alak
–quien, como abogado, algún día recapacitará sobre los disparates que
dice y hace– ha señalado que la Corte debería votar a favor del Gobierno
en la controversia por los artículos 161 y 45 de la Ley de Medios,
porque de no hacerlo así habría un conflicto de poderes porque un poder
sanciona una ley y otro impide su aplicación. Lo primero que hay que
señalar es que lo que está en discusión no es una ley, sino sólo dos
artículos de una ley. Lo segundo que hay que decir –cosa que cualquier
abogado por más pobre que sea su nivel técnico sabe– es que es tarea de
los jueces es hacer el control de constitucionalidad de una ley. Vaya un
ejemplo: en el año 2001, el entonces juez federal Gabriel Cavallo
declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida. Esas leyes, como tales, habían sido aprobadas por el Congreso.
Más allá de las naturales controversias que un fallo puede generar, a
nadie se le ocurrió decir que el juez estaba cometiendo ninguna
atrocidad institucional. Ese fallo, además, fue la piedra angular sobre
la que después cabalgó toda la política de derechos humanos
instrumentada por Néstor Kirchner".
domingo, 4 de noviembre de 2012
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