Horacio González: "Voy a definir a la Presidenta como alguien que reflexiona sobre su papel y que no es la figura que a veces se quiere pintar en ciertos artículos del diario La Nación, como alguien que goza del mando, como si ahí se acabara la cuestión. Y dentro de esas reflexiones de la Presidenta está el tiempo. Es notable cómo menciona esta cuestión, lo pasajero de las cosas, su transitoriedad. Lo dijo de muchas maneras. ¿Hay que darle o no importancia a esas reflexiones? Yo se las doy. La política es algo que, para adentro, parece no tener límites, pero que sospecha siempre de los límites del tiempo.
Del kirchnerismo originario hay una característica que se sigue manteniendo: toma decisiones bajo el acoso de fuerzas muy poderosas, globales y nacionales. Existe un discurso muy ofensivo de parte de esa oposición, en el sentido moral y práctico-político, y eso mantiene a la Presidenta en permanente tensión. Y en esa tensión ha tomado sus mejores decisiones: la Ley de Medios, la Asignación Universal, la expropiación de YPF. Ahora, sus mejores decisiones también están acosadas, lo que obliga a una cadena de mejores decisiones posteriores. Es decir, el kirchnerismo está más condenado que el peronismo originario a tomar cada vez decisiones más audaces. Ahora bien, la famosa audacia, que citaron Danton y Lenin, no consigue establecer por sí sola un espacio de profundidad democrática. La audacia tiene que asociarse a la imaginación, a la movilización social y al establecimiento de ámbitos institucionales que procesen el conflicto interno en las fuerzas de cambio.
James Neilson: "Puesto que más de sesenta años de hegemonía política y, por raro que parezca, intelectual peronista han servido para hacer de la Argentina, un país que, antes de la llegada al poder del general y su segunda esposa, era símbolo de la riqueza, un desastre tercermundista, es sin duda natural que, hasta ahora cuando menos, el mundo se haya resistido a permitirse seducir por los encantos de su mandamás actual. ¿Está por cambiar esta situación a todas luces injusta? Es posible. Lo es porque a través de las décadas, los peronistas han aprendido a manejar la decadencia con un grado envidiable de habilidad. Saben aprovechar mejor que los conservadores y socialistas de otras latitudes tanto los éxitos esporádicos como los fracasos frecuentes. Para parafrasear a Groucho Marx, pueden decir: este es nuestro modelo, si no les gusta tenemos otros.
El mundo que tanto desprecia Cristina está argentinizándose, de suerte que no sorprendería en absoluto que en América del Norte y Europa los movimientos políticos se peronizaran, como hicieron hace mucho el radicalismo, el conservadurismo y distintas manifestaciones de la izquierda criolla. Si el populismo sirve para algo, es para hacer más soportable el fracaso colectivo atribuyéndolo a conspiraciones improbables y abstracciones siniestras, en otras palabras, “victimizándose”, y amenizando la vida de los excluidos suministrándoles circos deportivos y relatos de distinto tipo, desde los épicos como el confeccionado por Cristina y sus muchachos hasta los irremediablemente triviales que se inspiran en los dramas “humanos” de celebridades".
Eduardo Jozami: "Moyano, a quien seguimos imaginando más cerca del actual gobierno que de los curiosos aliados que lo secundaron en el palco, abrió una nueva versión del debate sobre peronismo y kirchnerismo, afirmando que Cristina Kirchner se estaba alejando de la línea seguida por Juan Domingo Perón. La presencia a su lado del Momo Venegas y el reciente embate contra la Presidenta por el conflicto con Daniel Scioli muestran que el dirigente camionero pretende convocar al peronismo disidente.
Este agrupamiento parece subyugado por la imagen del gobernador en las encuestas y la capacidad de organización y movilización del camionero, alturas, ambas, imposibles para ellos de alcanzar. Aunque el líder histórico del peronismo sea citado para reclamar reivindicaciones laborales, la invocación de Moyano se constituye objetivamente en un intento de frenar el actual proceso. Perón, cuyo aporte fundamental no puede desconocer el movimiento popular argentino, se convierte en una referencia del pasado, un llamado a detener la marcha, en esa invocación a la ortodoxia que niega la posibilidad de superación.
¿Hay hoy lugar para otro peronismo? En la magra cosecha del duhaldismo en la última elección puede encontrarse una respuesta. No se trata de negar la prosapia peronista de los dirigentes del diminuto conglomerado disidente, tampoco de fundar exclusivismos ortodoxos que negarían el carácter plural que hoy caracteriza al kirchnerismo. Pero mientras haya un gobierno que siga avanzando en un horizonte de justicia social y autonomía nacional, la tradición popular del peronismo estará seguramente con quien encabeza este proceso y con la mayoría de los trabajadores que la acompañan".
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