Las tapas son sólo de los últimos 10 días. Hoy, el diario de uno de los grupos de medios concentrados paraguayos que instigó y apoyó la destitución del ex presidente se muestra exultante y amenaza a futuro: "La economía socialista de la propiedad estatal que implantó en Venezuela el gorila Hugo Chávez desde que asumió el poder a comienzos de 1999 ha llevado a un profundo y hambreante colapso de todo el aparato productivo de la nación sudamericana, hasta el punto que este país privilegiado por la naturaleza se ve en la imperiosa necesidad de importar nada más y nada menos que el 70% de los alimentos que consume. Ahora, supuestamente para evitar que el pueblo pase hambre, y en un marco en que la inexistencia de alimentos básicos es el martirio de todos los días en el “paraíso bolivariano socialista”, el gobierno chavista está impulsando la aplicación de un programa de instalación de huertas urbanas, un infantil plan de inspiración cubana con el cual se pretende contrarrestar la falta de productos básicos de la canasta familiar en el seno de los hogares venezolanos.
Seguramente, este es el “paraíso” en el que los bolivarianos vernáculos pretendían que vivamos los paraguayos. Este es el proyecto de “bienestar” social que Lugo y los luguistas tenían pensado implementar en nuestro país cuando su propuesta política tuviera, tal como ellos planeaban, su consolidación definitiva en el Paraguay.
Es útil saberlo, para tener las ideas bien claras a la hora de depositar nuestros votos en las elecciones generales que deben realizarse el próximo año. Sería una enorme tragedia que por culpa de un gobierno bolivariano que persiga a la producción nuestro país se contemplara en el decadente y deteriorado espejo de la triste y desoladora realidad económica venezolana".
Días atrás, ABC había linkeado una editorial del sitio estadounidense El Político (que le hace sombra a El Nuevo Herald): "Unasur es el aparato fraccionalista ideado por Lula, financiado por Chávez y apoyado por la Kirchner, para dividir y vaciar de proyección a la OEA.
Ya Brasil y Argentina, con la pasmosa estolidez del presidente Mujica de Uruguay, suspendieron a Paraguay de Mercosur y metieron de contrabando a Venezuela. De ese modo convirtieron en instrumento político sectario, a un ente creado para auspiciar el libre comercio y la complementariedad económica de nuestras naciones.
Claro está que la investigación de Unasur gambeteará la grosera intromisión del canciller venezolano, quien intentó convencer a militares paraguayos de que desconocieran la legalidad de su país; cerrará los ojos ante los intentos del embajador de Venezuela en Brasil de comprar senadores paraguayos, para que votaran a favor de la entrada del gobierno de Chávez a Mercosur; y claro obviamente, desestimará opiniones como las de diplomático boliviano Jaime Aparicio: “Cómo es posible que los demócratas de Latinoamérica permitan que la dictadura militar cubana y los populismos autoritarios de Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador y Nicaragua, se conviertan en jueces de la democracia paraguaya”".
Igualmente, algunos anticuerpos quedan en el vecino país. Por ejemplo, esta columna del bloguero Miguel López, quien alerta sobre el clima impuesto por medios como ABC y la banda que asaltó el poder gubernamental: "Sólo el vicepresidente que de golpe ocupa el Palacio de los López y sus acólitos tienen la razón. El resto está equivocado de aquí a la Manzhouli".
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