Las sombras de Cristina

Joaco, a todo vapor con el wishful thinking: "Detrás de Caló se esconde el kirchnerismo, mientras Moyano expresa al antikirchnerismo. También hay una CTA kirchnerista y otra que se declara opositora.
Una primera novedad consiste en la existencia de gremios decididos a militar en la oposición al kirchnerismo. El número de sindicatos rebeldes es inasible, porque es cambiante y volátil. Puede deducirse, sin embargo, que no es un número menor, porque Moyano está dispuesto a todo, menos a mostrar su debilidad.
La aparición de sindicatos opositores, que hasta hace poco militaron en las filas del oficialismo, coincide con una nueva caída de la imagen de la presidenta Cristina Kirchner en el mes de junio, según los resultados de varias encuestadoras. Más grave que ese descenso personal es la importante caída que se registró en las expectativas generales de la sociedad sobre la economía y la situación del país. Es ya una tendencia que lleva varios meses; nada indica que podría cambiar en las próximas mediciones.
Es probable que Moyano consiga mañana la continuidad como jefe de una CGT, pero la estrategia política del kirchnerismo habrá tenido también su relativo éxito. El líder camionero no será en adelante la figura omnipresente del sindicalismo ni el único interlocutor de la dirigencia política y social. Tendrá menos poder, que es el propósito que se planteó la Presidenta cuando abrió una guerra con él. Aquel gesto de Moyano de septiembre se parece mucho al anuncio de Daniel Scioli sobre su candidatura presidencial para 2015. Cruzar esos límites significará siempre el despido del paraíso kirchnerista. Cristina Kirchner entiende el poder como un poder sin sombras".
Van der Kooy, más mesurado, quizás sin querer ilusionarse una vez más: "La Presidenta siempre creyó descubrir en el poder sindical una amenaza a su propio poder. La interpretación no podría limitarse al terreno gremial. La agonía de la unidad obrera es el último eslabón de una cadena que reconoce además el silenciamiento peronista, la insolvencia notoria de la oposición política y el dominio del Poder Legislativo.
El Poder Judicial también ha sido colonizado por el kirchnerismo, aunque subsistan todavía algunos focos autónomos. Es indudable que, en ese marco, el poder de Cristina carecería de sombras.
Cristina avanzó con los “viejos Gordos” una vez que tuvo la certeza de haber dañado a Moyano en la línea baja. El camionero cometió un serio error de cálculo cuando se embarcó en aquel paro de transporte de combustible que produjo conmoción social y confirmó el vacío de matices en su plan de confrontativo. El camionero convirtió ese paro en una repentina movilización a Plaza de Mayo que tradujo dos situaciones paradójicas en el mundo sindical: el inocultable poder de camioneros pero también su soledad, derivada del modo arbitrario y personalista de sus decisiones.
En el personalismo, quizás, Cristina y Moyano hallen un punto de convergencia".

Mientras, Burgueño, sin enfrascarse en los problemas del rubio Hugo y sus nuevos amigos, tira datos: "En las gateras están algunas medidas y proyectos de ley que deberían acompañar la cercanía de los sindicatos oficiales al kirchnerismo. El primer llamado será a abrir el Consejo del Salario donde se discutirá el aumento del sueldo mínimo, actualmente en los 2.300 pesos mensuales y que podría ser llevado a una cifra levemente superior a los 3.000 pesos. En la foto principal del anuncio ya no estará Hugo Moyano, sino los gremios que desde ayer ya están abiertamente fuera de la CGT del camionero. Para el mediano plazo el Gobierno estudia otras medidas: la suba del mínimo no imponible de Ganancias, la mejora en las asignaciones familiares, y, eventualmente, algún tipo de ley de distribución de ganancias; todas banderas moyanistas listas para ser arrebatadas por el oficialismo".
Y Caló le propone una salida decorosa: "Si la unión del movimiento obrero pasa porque Caló se baje de la candidatura, Caló está bajado. Pero del otro lado Moyano tiene que hacer lo mismo".