En el marco de una nueva editorial (y van...) sobre el avance de los nuevos relatos y otras lecturas sobre la historia argentina, la empresa de los Mitre y Saguier se despacha enojada, cual guardián conservador de una versión sobre la misma, arrollada en la praxis por centenares de grupos e instancias sociales (por ejemplo, esta semana, el proyecto de reemplazar la imagen de Roca en los billetes de 100 pesos por la de Juana Azurduy).
"Se menoscabó al gran estadista y educador Domingo Faustino Sarmiento cuando se cumplió hace un año el bicentenario de su muerte. Se solventan campañas para borrar el recuerdo del general Julio Argentino Roca de la memoria de sus compatriotas y hasta se procura excluir de los billetes de cien pesos tanto su retrato como la célebre réplica del cuadro de Blanes que representa la campaña al desierto de 1879, que logró nuestra integridad territorial con la ocupación de la Patagonia. O se cae en el absurdo de apelar de un día para otro sólo a la condición de abogado del general Manuel Belgrano, que prestó por igual extraordinarios servicios al país como civil egregio y como comandante de ejércitos que batallaron nada menos que por la independencia nacional. ¿A tanto llega el desprecio por la historia militar argentina?
Una desmesurada y cada vez más creciente concentración de medios de información oficialista potencia todos aquellos despropósitos, sin perder, incluso, la oportunidad de achacar a Roca y sus tropas un genocidio inexistente. Deberían, en cambio, poner más atención a los reclamos de la comunidad internacional que, a través de las Naciones Unidas, ha urgido al Gobierno a que adopte "las medidas legislativas y administrativas" que corresponden en favor de comunidades indígenas altamente desprotegidas en el territorio argentino. En términos relativos con las posibilidades de bienestar general de la contemporaneidad, podría decirse que la situación actual de los indios argentinos es más grave que en los tiempos en que la Argentina hacía esfuerzos por ponerse enteramente de pie".
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Ayer se había alegrado por que el insulzo de la OEA ha dicho que no debería haber sanciones a Paraguay por el golpe contra Lugo y además había aprovechado la ocasión para modificar la historia y hacer como que en Honduras tampoco lo hubo en 2009. Ya que estamos, ¿no?
"Teniendo en cuenta el ambiente, abiertamente hostil y hasta belicoso, edificado por los "bolivarianos" en torno de esta cuestión (acompañados por la Argentina y Brasil y por el sorprendente tibio endoso de los países del Pacífico), la decisión de Insulza no sólo es correcta, sino además valiente. Rectifica así los gruesos errores que cometió, por precipitación, en la crisis de Honduras en 2009, cuando todos los demás poderes del Estado centroamericano destituyeron al ex presidente Manuel Zelaya, otro "bolivariano".
Es fácil coincidir con Insulza en el sentido de que la urgencia del momento pasa por no dividir innecesariamente a Paraguay con el pretexto de defender su democracia. Es bien distinto crispar a una sociedad, enfrentarla y dividirla, acercándola a la violencia, que ayudarla a mantener la paz regresando libremente, a través de las urnas, a la normalidad, según los carriles normales diseñados por su propia Constitución. Esta y no otra fue la lección de la reciente crisis hondureña, ya superada".
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Qualisys: Excelencia reconocida en los premios MEM 2024
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