El Congreso logró esquivar la "sintonía fina" que impulsa la presidenta Cristina Kirchner para recortar algunos gastos excesivos del Estado. En medio del asombro y la euforia de los propios diputados y senadores, sus recibos de sueldo llegaron este mes con un aumento de 100%, lo que implica un promedio de ingresos de bolsillo que va de 30.000 a 35.000 pesos.
El alza salarial se concretó luego de aprobarse el aumento del presupuesto del Congreso (45% respecto del año pasado) y gracias a una resolución conjunta que firmaron, a fines de diciembre, los flamantes presidentes del Senado, Amado Boudou, y de Diputados, Julián Domínguez. Lo hicieron en respuesta al creciente descontento de la mayoría de los legisladores, que puertas adentro denunciaban desde hacía tiempo un fuerte atraso en sus dietas.
Hasta fines del año pasado, los senadores y diputados nacionales cobraban un ingreso neto mensual de 15.000 a 17.000 pesos, a lo que sumaban el paquete de pasajes aéreos y terrestres para movilizarse a la Capital, además de otros beneficios, como el de desarraigo.
Sabedores de que cualquier alza en sus ingresos era motivo de polémica pública, terminaron acordándolos en el mayor bajo perfil y los porcentajes se ataban, invariables, a lo que dispusiera la paritaria legislativa para el resto de los empleados.
La decisión de Boudou y Domínguez de duplicar las dietas a partir de este año rompió todos los moldes, no sólo por la magnitud del aumento sino porque, además, se corrió el velo del tabú.
Los opositores aplaudieron a rabiar los flamantes beneficios percibidos.
"Resultaba ridículo que un empleado administrativo de la cámara cobrara más que un representante del pueblo. Actualizar las dietas era un tema de respeto institucional", enfatizó el jefe de bloque de Pro, Federico Pinedo.
Los jefes de bloque de la UCR en ambas cámaras, Ricardo Gil Lavedra (Diputados) y Luis Naidenoff (Senado), también coincidieron con el aumento firmado por los presidentes Boudou y Domínguez.
"La actualización de las dietas era de estricta justicia. El atraso era extraordinario y la diferencia con los sueldos en el Poder Ejecutivo era superlativa", sostuvo Gil Lavedra, al ser consultado por La Nacion.
"Hablar de las dietas legislativas es complicado porque no cae bien en la opinión pública. Pero la verdad es que en el Congreso estaban atrasadas, y para los diputados del interior ya se hacía muy difícil afrontar los gastos que demanda vivir en la Capital", justificó, en tanto, el diputado socialista Juan Carlos Zabalza, del Frente Amplio Progresista".
Fuente
Mientras tanto, en Grecia siguen echando a empleados públicos y recortando salarios en medio de la represión en las calles y en España marchan en contra de la flexibilización laboral. Ah, y volvió a hablar el Mingo.
lunes, 13 de febrero de 2012
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2 comentarios:
No tienen un techo del 18% como queria la Presidenta con las paritarias y a pagar en còmodas cuotas?
Puede, (debería) haber un DNU de Cristina anulando el aumento? "Sintonía fina para todos".
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