Fukuyama: Si el ingreso es distribuido relativamente en partes iguales y no hay grandes diferencias entre ricos y pobres, existe un sentimiento amplio de comunidad. Se generaliza un sentimiento de confianza. No hay partes de la comunidad que tengan un acceso superior al sistema político y que puedan usarlo en provecho de sus propios intereses… Lo que se ve en una democracia con una clase media más débil es más populismo, más conflicto interno, una falta de habilidad para resolver las cuestiones de distribución de manera ordenada. Ahora mismo, en Estados Unidos, hay una vuelta al populismo. Debería hacerlo la izquierda, pero en realidad está más expandido en la derecha. Si se habla con los miembros del Tea Party sobre sus sentimientos en relación al gobierno, su respuesta es muy apasionada. Odian al gobierno. Piensan que fueron traicionados por las elites.
¿Dónde está el levantamiento de la izquierda? Ésta es una crisis que comenzó en Wall Street. Estaba arraigada verdaderamente en el modelo especial norteamericano de finanzas liberalizadas. Golpeó tremendamente a las personas en general y benefició a la parte más rica del país, el sector financiero, que atravesó la crisis muy bien, gracias a los rescates del gobierno. Uno habría pensado que esa circunstancia le abriría el camino al levantamiento del populismo de izquierda, como en la década de 1930. Un Tea Party de la izquierda, diría.
Sinceramente, no me tomo con seriedad ese movimiento (Ocupar Wall Street), porque su base social es extremadamente reducida. Está formada principalmente por los mismos jóvenes que protestaban en Seattle en 1999 contra la Organización Mundial del Comercio; es decir, anticapitalistas. Sociológicamente, el gran problema de la izquierda en Estados Unidos es que la clase trabajadora y la clase media baja blanca, que en Europa serían socialdemócratas en su comportamiento político, tienden a votar a los republicanos, o entran con facilidad a su terreno. Si la gente de Ocupar Wall Street no puede conectarse con ese grupo demográfico, no habrá una gran base populista de izquierda en Estados Unidos".
Eco: "Dice que la identidad europea de hoy está bien extendida, aunque señala que es “shallow” (poco profunda), usando el término en inglés. “No es como la palabra italiana superficiale, sino que es algo que está entre la superficie y lo profundo. Pero tenemos que plantar la identidad con raíces más profundas antes de que la crisis arruine todo”.
Eco menciona Erasmus, el programa europeo de intercambio universitario, que rara vez aparece en la sección de negocios de los diarios. “Pero Erasmus creó la primera generación de jóvenes europeos. Yo la denomino revolución sexual: un catalán conoce a una chica flamenca, se enamoran, se casan… y se vuelven europeos, como sus hijos”.
“La idea de Erasmus debería ser obligatoria –continúa Eco–, no sólo para los estudiantes, sino también para los taxistas, los plomeros y otros más. La única manera de integrarnos es pasar un tiempo en otros países de la Unión Europea”.
De hecho, la idea es seductora. Pero desde los diarios y los partidos políticos de toda Europa, el orgullo le dio paso al populismo, ya que los miembros de la Unión Europea se vuelven cada vez más hostiles entre sí. “Por eso digo que nuestra identidad es shallow”, señala. “Los padres fundadores de Europa -Adenauer, De Gasperi, Monnet- viajaron menos. De Gasperi hablaba alemán, pero sólo porque había nacido en el imperio austrohúngaro y no tenía Internet para leer la prensa extranjera. Su Europa reaccionó ante la guerra y compartió sus recursos para construir la paz. Hoy, tenemos que trabajar para construir una identidad más profunda”, agrega".
Otra vez Caputo, otra vez...
Hace 41 minutos
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