Se les notaba el incoveniente. Una cosa es correr al gobierno por derecha y defendiendo los intereses de la empresa para la cual trabajan y otra muy distinta es hacerse el progresista y correrlo por izquierda con materias totalmente desconocidas y sensibilidades hace rato abandonadas (si es que alguna fueron de su propiedad).
Las dos plumas centrales de Clarín, anoche en su programa Código Político, leían placas con datos del daño ambiental que provoca la minería a cielo abierto y sus trabadas eran explicitación de esa incomodidad por desconocimiento y también expresión de un "¿Qué estamos haciendo acá?" propio de los que nunca estuvieron al lado de puebladas nobles y justas ( por lo menos, hace muuuuuchhhhhoooo no lo hacen) como la del pueblo de Famatina y otros puntos del país.
Entonces, a Blanck apenas si le queda hoy en Clarín criticar a CFK por no nombrar el tema en su regreso (aunque sí lo medio ambiental) y proyectar su inhabitual desempeño en este tópico asignándoselo al gobierno: "Es una protesta que se mete por la retaguardia del discurso oficial, porque pone en cuestión el declamado progresismo y hace impacto en sectores, sobre todo jóvenes, por lo general ajenos a los enjuagues de la política".
Y de paso seguir creyendo que los jóvenes no se meten en política. Está bien como cierre, para volver a su más cómoda posición conservadora y reaccionaria habitual.
Van der Kooy tendrá más tiempo hasta el domingo, cuando escriba su columna, para dibujarla mejor y lograr un más aceitado movimiento de cintura para no parecer Tito en Bailando.
TWEETS POLÉMICOS
Hace 1 hora
1 comentarios:
Palos porque bogas y palos porque no bogas....Bah, más de los mismo.......
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