domingo, 29 de enero de 2012

La recuperación del Estado frente a las ONG

"Según Oscar Oszlak, una eminencia en el campo de la Ciencia Política y especialista en la temática del Estado, “en épocas en que los partidos y sus dirigentes pierden legitimidad y capacidad de representación, las ONG pasan a cumplir un rol que en cierto modo ‘sustituye’ a los partidos. Muchas continúan cumpliendo su rol fundacional, sea en los ’90 o ahora. Lo que ha cambiado es la ‘densidad’ y variedad institucional de las ONG”.
Para Ignacio Ramírez, Sociólogo y Director de Opinión Pública y Mercado de la consultora Ibarómetro, “durante los noventa, el Estado y la Política eran más parte del problema que de la solución y las soluciones estaban en la sociedad civil. Había que dejar que ésta se diera a sí misma sus formato de agregación y organización en forma espontánea, de abajo hacia arriba. El onegeísmo –expresión de ciertos valores de la posmodernidad, con acento en la sociedad civil e individualismo– venían a rescatar las particularidades, las ‘historias mínimas’. Había que quitarle el poder a los gobiernos, al Estado y transferírselo a las sociedades”. Y agregó: “En el contexto actual, que muestra rasgos de un ecosistema cultural distinto y contrastante al de los ’90, el discurso onegeísta ya no ocupa el mismo ‘lugar autorizado’ dado que su fortaleza requiere de la debilidad de los valores de universalidad y lo público que sólo puede encarnar plenamente el Estado. Y el Estado recuperó una gran adhesión como instancia por excelencia de superación de intereses corporativos y particulares”.
En ese sentido, Juan Carr, presidente de Red Solidaria –una de las organizaciones sociales más reconocidas del país– y una de las figuras más convocantes en materia solidaria, también entiende que las ONG deberían “replantearse” su rol. En diálogo con esta revista, Carr deslizó que “el replanteo, nosotros lo hacemos todo el tiempo. Lo que tenemos que repensar es el tema de la humildad, en el sentido de interpretar a los postergados y encontrarse con ‘los otros’. Lo que debe aportar el mundo de las organizaciones es sabiduría verdadera y no ir por el lado opuesto de la política, sino en conjunto con ella”. Además, explicó que “las ONG sirvieron para atravesar los ’90 con dignidad. Por ejemplo, hoy, con el caso de Famatina a la que considero una verdadera pueblada, magia, Pueblo con mayúscula, me pregunto: ¿qué tenemos que hacer nosotros? ¿Sumar? ¿Complementar? ¿Hay que molestarlos? Yo, en lo personal, trato de ubicar a los líderes naturales que surgieron de ese movimiento y los sigo, pese a mi experiencia”. En ese sentido, Enrique Viale, presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y uno de los más férreos activistas de Famatina, aseguró que “las ONG debemos tener una mirada absolutamente relacionada con los movimientos sociales, territoriales, asambleas. Debemos estar en permanente contacto con ellos que son los verdaderos protagonistas”".
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Es imprescindible complementar este análisis con rl del sociólogo James Petras, que ya a comienzos de los 2000 denunciaba a las ONG como instrumentos de los grandes poderes para llevar a cabo las políticas que el Estado Neoliberal no podía por impopulares, para cargarlas de legitimidad para luego poder institucionarlas.
"En la medida en que crecía la oposicíón al modelo económico salvaje en la década de los 80, los gobiernos estadounidense y europeos y el Banco Mundial incrementaron el financiamiento de las ONG´s. Existe una relación directa entre el crecimiento de movimientos sociales que desafían al modelo neoliberal y los esfuerzos para subvertirlos mediante la creación de formas alternativas de acción social a través de las ONG´s", decía el estadounidense para agregar: "En otras palabras, al tiempo que, desde arriba los regímenes neoliberales desvastaban a los pueblos inundando os respectivos países con importaciones baratas, extrayendo el pago de la deuda externa, aboliendo la legislación laboral protectora del trabajo y creando una masa creciente de obreros a bajo sueldo y desempleada, las ONG´s fueron financiadas para proveer proyectos de "auto ayuda", de "educación popular" y de "capacitación laboral" para absorber termporalmente a grupos de necesitados para captar a los líderes locales y para socavar la lucha antisistema".
Más de Petras sobre el rol de las ONG en América Latina en los 80/90's
"Lo importante aquí es que las ONG despolitizaron a sectores de la población, ignoraron sus compromisos hacia actividades del sector público y se valieron de líderes sociales potenciales para la realización de proyectos económicos pequeños. En realidad, las ONG no son no gubernamentales. Reciben donativos de gobiernos extranjeros o funcionan como agencia ssubcontratadas por gobiernos locales.
Igualmente importante es el hecho de que sus programas no son calificados por las comunidades a las que ayudan, sino por sus benefactores extranjeros. Es en ese sentido que las ONG sabotean la democracia al arrancar programas sociales de las manos de las comunidades y de sus líderes oficiales, para crear dependencias a cargo de funcionarios no electos, provenientes del extranjero, quienes eligen y ungen a sus interlocutores locales.
La ideología de las ONG en cuanto a sus actividades privadas y voluntarias destruye el sentido de lo "público"; la idea de que el gobierno tiene la obligación de procurar a todos sus ciudadanos. Contra esta noción de responsabilidad pública, las ONG fomentan la idea neoliberal de una responsabilidad privada hacia los problemas sociales y la importancia de los recursos para resolver estos problemas. De tal suerte, las ONG imponen una doble carga sobre los pobres: el pagar impuestos para financiar a un Estado neoliberal que sirve a los ricos; y el autoexplotarse de manera privada para satisfacer sus propias necesidades".
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Un caso bien actual sirve para ejemplificar lo denunciado por Petras.
"El que podríamos llamar "onegeismo" es un fenómeno muy habitual en los últimos decenios, y que consiste en la proliferación de lo que se viene a llamar Organizaciones no Gubernamentales (al menos en teoría) que se dedican a sustituir los vacíos de solidaridad y ayuda que no practican los estados entre sí (es decir, una especie de falsa suplantación del internacionalismo o de intentar limpiar la conciencia de los resignados súbditos del imperio ).
El hecho es que cada vez es más cuestionable el papel independiente de estas ONG´s, en especial las más grandes, convertidas en realidad en especie de grandes empresas que terminan defendiendo, además de sus luchas teóricas, los intereses de las grandes potencias económicas.
La vinculación es clara, pero hay veces que se convierte en demoledora. Por ejemplo, nos hemos enterado que la nueva directora ejecutiva de Amnistía Internacional USA va a ser Suzanne Nossel. ¿Quién es esta señora? ¿Una activista humanitaria destacada por sus acciones contra la injusticia y los criminales de guerra, contra la tortura y la intervencion militar en el mundo? Pues no.
La tal Suzanne Nossel es, todo lo contrario, una antigua colaboradora del Dpto. de Estado de los gobiernos de Bill Clinton y Barack Obama, donde desplegó sin duda estimables esfuerzos para manipular el tema de los derechos humanos a favor de las ambiciones imperiales de EE.UU (¿será realmente para eso para lo que sirven realmente las ONG?).
Así que resulta que Nossel, nueva Directora Ejecutiva de Amnesty International USA, va a constituir una garantía en la defensa de los derechos humanos en el mundo, como lo fue cuando sus jefes llevaron a cabo atroces crímenes de guerra en Yugoslavia, Afganistán, Irak y Líbano, o Libia".
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