"La presidenta Cristina Fernández sabe que la crisis económica mundial durante los próximos doce meses será peor que la de 2008-2009. El escenario blando es la recesión; el duro, un dominó de default que comience en Europa, siga en Japón y termine en Estados Unidos. Por eso, trazó un plan defensivo que mantenga el equilibrio de las principales variables de la economía.
Durante las últimas décadas, ante cada crisis internacional, la Argentina era el país más afectado. El talón de Aquiles era la escasez de divisas, que derivaba en una macrodevaluación y, así, en inflación. La fuga de más de 20 mil millones de dólares de 2011 fue el aviso de que la historia puede repetirse; la sequía, un ingrediente más que se suma a la restricción de divisas. De ahí, la Presidenta elaboró el plan de equilibrio de la cuenta corriente (ingreso y egreso de divisas) y puso a Guillermo Moreno a cargo.
“El escenario internacional más probable es una crisis devastadora. Si no ocurre, mejor: la obligación del Gobierno es prepararse para lo peor”, repite Moreno a sus colegas de Gabinete todos los días. “Europa está haciendo lo que hizo Cavallo con De la Rúa: quiere tapar el sol con la mano, pone parches todos los días, pero no va hacia un cambio profundo que los ponga a producir”. Así, justifica la decisión del Gobierno de que el ciento por ciento de las importaciones deban ser informadas antes de realizarse. En los hechos, un control total de las importaciones.
(...) La semana pasada, en un reportaje que concedió a Debate, el presidente de la Unión Industrial, Ignacio de Mendiguren, afirmó: “Los empresarios están preocupados; si no llegan los insumos a tiempo, caerá la actividad”. Moreno le contestó: “¿Yo voy a frenar la actividad, creen que soy boludo? Las empresas que cumplan con los requerimientos del Gobierno van a tener todos los insumos que necesiten. Lo que tienen que entender es que cada industria debe prepararse para tener autonomía de divisas: por cada dólar que importen, deben exportar otro”.
Un empresario automotriz le señaló a Moreno que no puede exportar tanto como importa. “Así van a faltar vehículos en el país y se va a frenar el excelente desarrollo que viene teniendo el sector”, le dijo el industrial. Y Moreno le respondió: “Van a faltar tus autos; se van a vender otros. Ésta es una excelente oportunidad para los que entiendan que el éxito de su empresa tiene que estar atado al desarrollo del país. El que quiera salvarse solo se queda afuera”
El funcionario da el ejemplo de lo que pasó en 2011 con los vehículos importados de alta gama. “El año pasado nos reunimos Débora Giorgi y yo con los presidentes de Audi, Mercedes-Benz y BMW. Les dijimos que tenían que compensar los dólares que gastaban en importar autos con exportaciones. El que mejor lo entendió fue Audi. BMW no cambió su política. Así estuvo siete meses sin entrar un auto. El resultado: Audi copó el mercado. Autos no faltan. Ahora vinieron al pie: el vicepresidente de la casa central de BMW, en Alemania, se reunió conmigo y comenzaron a exportar mosto y arroz. Ya comenzaron a ingresar autos”.
(...) Una de las principales funciones del secretario de Comercio Interior es mantener controlada la inflación. Varios analistas han señalado en los últimos días que el nuevo régimen, al restringir las importaciones, limitará la competencia y generará subas de precios. “De ninguna manera,” señala Moreno. “De ahí la importancia de que esto sea una Secretaría de Comercio: no sólo de Comercio Interior, porque el comercio es uno solo. Cuando analicemos la declaración jurada de importación, vamos a tener en cuenta el balance de divisas, pero también la evolución de los precios de la empresa. El trabajo será empresa por empresa”, explica el funcionario.
(...) Lejos de lo que suele decirse, Moreno mantiene una buena relación con la mayoría de los hombres de negocios. Ya saben qué es lo que quiere y tratan de acomodarse a sus reglas. Todos son conscientes de que la política económica la maneja la Presidenta y de que Moreno cumple sus órdenes.
La autonomía de divisas, es decir que cada empresa se autofinancie los dólares que necesita para importar, es una meta, no una imposición que debe cumplirse hoy. Trazada esa línea, el secretario les va poniendo mojones que deben ir cumpliendo y los llama para hablar de su cumplimiento. Cuentan los empresarios que Moreno no grita no amenaza ni insulta: “Pide, exige, es firme, pero respetuoso. Casi siempre”. No todas las llamadas son reproches; los que cumplen las metas son llamados para felicitarlos. “Hola, ¿cómo andas? Muy buen trabajo, ¿viste que podías? Ya bajaste tú déficit a 20 palos (millones de dólares). Ahora vamos por más, despacito: en dos meses tenemos que estar en quince”.
En otros casos, la conversación va por otros carriles. “Tenías que bajar a siete y lo subiste a diez -ni hola le dice-. Vos y yo no nos entendemos. No, no me expliques. Te paro todo hasta que no te pongas en caja”. Cortó.
Hay cosas que, al igual que la Presidenta, Moreno no tolera. Por ejemplo, la intromisión desde el exterior en la economía nacional. Un caso: “Quedamos en reducir tu déficit a 17 y cerraste igual que el mes pasado. Después no me vengas con que no podés importar. Ya sabés lo que tenés que hacer: cuando llegues a 17, seguimos. ¿Cómo?¿Que lo van a analizar en Alemania? La empresa está en la Argentina y se rige por las leyes argentinas. No me vuelvas a decir algo así. Voy a hacer de cuenta que no te escuché. Pero jamás me vuelvas a decir semejante barbaridad. Ponete en caja y hablamos”".
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"La mano del funcionario ya se vio durante los últimos meses de 2011. Importaciones industriales que crecían arriba del 20% o incluso del 30%, en noviembre y diciembre apenas subieron 5%, un 4% o directamente cayeron. Aquí asoma el riesgo de resentir la actividad económica.
En cambio, el largo brazo no pudo ni podrá llegar de lleno a las compras de gas y combustibles, que vienen en cantidades enormes y crecientes para tapar la crisis energética. En noviembre y diciembre crecieron por encima del 90% y un 110% en todo el año. Frenarlas significará tocar el corazón del ciclo productivo.
Está claro que aún si existiese la intención de proteger producción nacional y sustituir importaciones, en el cepo a las importaciones juega un factor muchísimo más apremiante: cosechar, a como sea, la mayor cantidad de divisas que sea posible. Además, imprescindibles para enfrentar cualquier contingencia cambiaria.
“Yo necesito dólares, no pesos”, solía decir Moreno tiempo atrás, cuando las urgencias no eran las de 2012. Con el colchón del Banco Central bastante desinflado y sin demasiadas perspectivas de otros ingresos del exterior, la gran fuente, si no la única, es el superávit comercial. Encima, está previsto usar reservas para pagar deudas con acreedores privados".
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