Alegría en el mundillo opositor porque Silvana Giúdici encontró trabajo luego de concluir sus tareas como diputada de Clarín. Y alegría también porque el monopolio decidió no dejarla sola ante los magros resultados obtenidos por la rubia con brushing y amante de la lechita en la cama.
Ya la semana pasada, la Giúdici le había brindado con su "fundación" LED un informe que asevera que el año pasado hubo "alarmante" nivel de ataques a los "medios". Ahora, ella misma debuta como columnista del diario de Ernestina y Magnetto e iguala a la Argentina con Venezuela en este tema de la libertad de expresión y todo eso (recordar siempre que Venezuela es una dictadura que cierra medios y acalla voces opositoras al dictador Chávez que tiene cáncer y que le quedan pocos meses de vida, según la CIA).
Las equipara tanto que cree que en nuestro país se aplica una ley venezolana: "Cuando sosteníamos en el año 2009 que la Argentina se reflejaba en el espejo autoritario de la Venezuela de Hugo Chávez, lo hacíamos desde el análisis de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. La ley Resorte venezolana sancionada en el 2004 dio paso a la arbitrariedad en las sanciones, sirvió como herramienta para la caducidad de más de 200 licencias de radio y televisión y sembró un camino de censura e intimidación que hoy llega a niveles increíbles. Se debate hoy en Venezuela la expropiación del edificio de su principal periódico, El Nacional, creado en 1943. Como en la Argentina, lo que no se consigue por la inyección de recursos públicos para virar las voces de críticas a favorables, o por la aplicación de normas cuestionadas por su inconstitucionalidad, se consigue desde la aplicación de la desmesura o de la fuerza.
Ya sea a través expropiación de un periódico, o la intervención de una radio (LT9 Radio Brigadier López de Santa Fe), a través de la aplicación de la ley Resorte, o de la posible aplicación de la ley antiterrorista a los medios, lo que se pone en juego es la calidad de la democracia". (Fuente)
Seguramente la excitación por el debut y sus irrefrenables ganas de redimirse frente a sus (¿enojados todavía?) patrones la ha llevado a este involuntario error. Con más tranquilidad y mayor claridad de redacción, podrá transmitir ahora con más libertad (no sesgada por el cargo de diputada, que supone una representación social más amplia que una empresa paraperiodística) los designios del Grupo sin caer en estos yerros conceptuales. Pónganle una ficha.
Ahora sólo falta Fer: sería injusto que quede reducido a ser columnista de voley en el neo diario Libre del Ñoño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario