"John Kenneth Galbraith (foto), uno de los más grandes economistas del siglo
pasado, fue el encargado del control de precios en Estados Unidos en el
período de la Segunda Guerra Mundial. Su tarea y su experiencia, que fue
exitosa, la reflejó en el libro A Theory of Price Control, publicado en
1952 y reeditado en 1980 bajo el nuevo título A Theory of Price
Control: The Classic Account.
El profesor Salvador Treber, en un artículo publicado en el diario La
Voz del Interior, en mayo de 2006, se introduce en esa experiencia y
explica que en 1941 Galbraith fue “convocado por el presidente Franklin
Delano Roosevelt para administrar los precios internos, y aprendió que
los libros e ideólogos –en línea con las reacciones de monopolios y
oligopolios– harían fracasar la misión si admitía limitar el control a
un cierto número de artículos seleccionados”. Treber precisa que el
enfant terrible de Harvard “pronto comprendió que debía transgredir ese
axioma liberal –casi una herejía por aquellos tiempos– y no vaciló en
extenderlo a todos los bienes comercializables”. Señala que “contra los
pronósticos agoreros, el éxito fue total y ello le generó gran prestigio
y respetabilidad. Consiguió mantener así los precios internos en un
nivel inferior al 2,0 por ciento anual, pese al incesante incremento de
la demanda y los altos índices de ocupación que acompañaron al período”.
Y concluye que “lo que sus colegas consideraron casi un ‘milagro’
inexplicable; para él era apenas una gran lección que le advirtió sobre
la necesidad de someter todo al examen de resultados verificables”.
Pese a ese exitoso trabajo de Galbraith, que tuvo un profundo efecto
en la evolución del pensamiento económico, la corriente de la
no-intervención en los mercados ha ignorado esa triunfante injerencia
del Estado. El control de precios no emerge de esa experiencia como un
fin en sí mismo, como vaca sagrada, sino como una imprescindible
herramienta de una política de ingresos, ingrediente esencial de una
estrategia económica destinada a combinar el empleo con un grado
razonable de estabilidad. Para ello los problemas de la economía deben
ser abordados incluyendo el contenido político, o sea el poder
económico. Si se decide eliminarlo en el análisis, la economía queda
lejos de la relación con el mundo real".
Fuente
Volver a dar una voz a las mujeres afganas
Hace 5 minutos
0 comentarios:
Publicar un comentario