Y todo justo el día en el que el Relato AntiK cree que puede edificar una movida mucho más caudalosa que la de los escuálidos caceroludos. Aunque tengan que seguir a ese negro extorsionador de Moyano, ahora reconvertido, él y sus muchachos, en "la gente" (esa categoría desbordante de honor y limpieza étnica que regala TN a sus socios), que además no provoca caos de tránsito que irriten a esa clase media urbana porteña que ahora apuesta todo lo que le resta (bueno...) para poder derribar a la Yegua (y su gobierno de garcas, denunciados eficientemente por el comisario político de este Relato, el señor excelentísimo Jorge La Nata).
Van der Kooy: "La imagen que divulgó Cristina Fernández con su prolongado mensaje de ayer, en víspera del desafío político más serio del segundo mandato, permitiría desplegar muchos más interrogantes que certezas. También mayor intranquilidad que sosiego, cuando le restan aún tres años y medio de ejercicio de poder.
Aquella imagen podría ser desdoblada en dos planos. El que incumbe a su estado personal donde las emocione , en demasiados momentos, parecieron desplazar a la racionalidad, el equilibrio y el sentido común que demanda siempre la conducción de un Gobierno. Ese desequilibrio, tal vez, ayude a explicar los recurrentes extravíos presidenciales a la hora de repasar la realidad.
El problema mayor no radicaría sólo en los desenfoques. Sus emociones destilan enojo excesivo , resentimiento con sus ocasionales adversarios (Hugo Moyano y Daniel Scioli, por citar los símbolos de esta hora) que sus vísceras procesan como enemigos auténticos. La Presidenta tiene un viejo problema irresuelto con el rencor. Se le dibujó en el rostro cuando juró que sería incapaz de responder algún agravio.
No es sorprendente que una mujer con ese perfil anímico haya cultivado tantas arbitrariedades, errores y autorreferencias a su desgracia personal en un mensaje que, tal vez, debió poseer otro tono y plantar otras seguridades. Entre varias, la de orientar hacia dónde pretende ir el Gobierno en este tiempo de dificultades políticas y apremios económicos".
Pagni: "Cristina Kirchner expuso ayer, con gran sinceridad, el enojo que le provoca la movilización convocada para hoy por Hugo Moyano. Rechazó que el aumento del mínimo no imponible de Ganancias, bandera de esa marcha, fuera algo razonable. Dijo que el paro era extorsivo. Y anunció que retirará la seguridad de la Plaza, en un intento de desalentar la participación. Un nerviosismo que obliga a pensar en Almodóvar".
Kirschbaum: "Al terminar su discurso de ayer, Cristina Kirchner dijo, como ya lo ha hecho otras veces, que aunque la insulten no iba a responder ni a descalificar a nadie. Antes, había despachado a los sindicalistas que reclaman la elevación del mínimo no imponible; puso a parir a Scioli, sin nombrarlo, pidiéndole que aprenda a gestionar y administrar, y lanzó como bofetada aquello de que “si estaban buscando un muerto”, allí estaban los gendarmes y choferes que fallecieron en la tragedia de la ruta 3".
Novaro: "En Brasil tienen una expresión para lo que le está pasando a Cristina con Moyano, que recomienda “nao cutucar o tigre com vara curta”. Aunque en nuestro caso habría que aclarar que el problema no se debe tanto a la longitud de la vara como al mal uso de la misma, lo que complica doblemente la posición del Gobierno: no sólo la escasez de recursos sino la de sus dotes para administrarlos quedó a la vista al haber arrinconado y enfurecido al jefe sindical, sin dejarle otra salida más que la pelea, y encima fracasar en el intento de aislarlo con un “cordón sanitario” que traspasan sin temor cada vez más actores sectoriales y políticos. Con la receta de “ir por todo” en una mano y una vara demasiado corta en la otra, Cristina se internó en una pelea por ella misma definida como irreconciliable, pero que no puede ganar".
miércoles, 27 de junio de 2012
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