¿Acaso los periodistas mexicanos no atraviesan gravísimos riesgos? Habría que recomendarles, entonces, que no hablen del narcotráfico, ni de la relación del poder con los carteles de la droga.
¿O aquellos que meten sus narices en turbios asuntos de corrupción no son puestos en la picota por los presuntos afectados? También habría que recomendarles que se dediquen a reproducir declaraciones positivas o que se integren a la pléyade de aduladores que florece en algunos regímenes. Y así siguiendo".
Ahora o en un futuro el gobernador puede entrar en la lista de los “terroristas” que atentan contra el orden nacional y popular. Hasta octubre, ese juego puede ser una pesadilla para la campaña electoral naranja. Pero si prospera su proyecto y llega a la Casa Rosada, la amenaza que representa el Frente para la Victoria para Scioli será mucho más delicada que un golpe a su imagen".
Hasta anoche, al momento de escribir estas líneas, Cristina Kirchner, por lo común locuaz, twittera adicta y sesgada lectora de diarios, sólo se había manifestado a través de un tibio comunicado de la Cancillería, en el que condenó “el bárbaro ataque terrorista”, y agregó una formal adhesión a la cooperación internacional para luchar “contra el terrorismo en todas sus formas”.
Fue sincera la Presidenta. Ella no tiene una especial sensibilidad con las cuestiones que hacen a la libertad de expresión. Es de las que dividen en “libertad de empresa y libertad de prensa”, como un manto para disimular su intolerancia y urticaria ante el papel de los medios en las sociedades democráticas".
Coincidió, en ese sentido, con las comunicaciones del presidente ruso, Vladimir Putin, y del venezolano, Nicolás Maduro: ambos condenaron el terrorismo y expresaron sus condolencias, pero no pronunciaron una sola palabra sobre la importancia de la libertad de prensa.
Tal vez sea pedirle demasiado a un gobierno como el de Cristina Fernández de Kirchner, que ha procurado de distintas maneras asfixiar a los medios de prensa independientes que no dudaron en poner en duda el relato oficial y en denunciar los escándalos de corrupción protagonizados por algunos de sus funcionarios.
Quizá sea, en efecto, un pedido utópico a un gobierno que, últimamente, parece sentirse muy cómodo haciendo acuerdos con gobiernos como los de Irán, Rusia o China, para los cuales la libertad de prensa, antes que un valor fundamental de cualquier sociedad democrática, no es más que un disvalor".
1 comentarios:
Gente como ésta hace que por momentos me sienta incómodo con mi condición de ser humano. Pero se me pasa pronto. Entiendo que son, parafraseando al maestro Jauretche, subproductos de la alfabetización. Pero andémonos con cuidado: son peligrosos porque fungen de tontos útiles.
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