lunes, 12 de enero de 2015

#JeSuisHypocrite

Por Claudia Abraham
Docente

"Soy qom, aunque muchos se empeñen en negar el genocidio que se comete con los pueblos originarios y reivindiquen a Zaffaroni para lo que les conviene, sin recordar que él mismo dijo que el genocidio continúa aún hoy y que está invisibilizado porque los dejan morir.
Soy un niño palestino asesinado en Gaza por el ejército israelí, aunque muchos judíos olviden lo que hicieron los nazis con nuestras propias familias.
Soy Franco Casco, asesinado por la policía santafesina del gobernador Bonfatti, aunque muchos "socialistas" se dediquen a mirar la paja en el ojo ajeno y algunas mentes extraviadas que dicen formar parte de organizaciones marxistas reclamen la sindicalización de las fuerzas de seguridad, como si fueran trabajadores y no nuestros verdugos.
Soy David Moreira, el chico linchado por los "civilizados" vecinos de barrio Azcuénaga, aunque haya gente que hasta "por izquierda" intente justificar lo injustificable de la barbarie.
Soy Sandra Cabrera, trabajadora sexual asesinada por denunciar que era la misma policía santafesina la que se dedicaba al negocio de la trata, aunque muchas feministas digan que lo suyo no era un trabajo.
Soy Florencia Cuellar, esa chica tan bella, tan parecida a una alumnita mía, presa común que participaba de talleres de periodismo, a la que le faltaba poquito para salir en libertad, y que un día apareció colgada en el Complejo Penitenciario Federal IV de Ezeiza, aunque preocuparse por las condiciones en que malviven los presos no sume votos.
Soy el niño que se compró una caja de lápices de colores con el dinero de la Asignación Universal, aunque muchos de los que se indignan con la muerte de Néstor Femenía se sientan sumamente molestos con un derecho tan básico y elemental.
Soy el estudiante secundario que recibió la netbook, aunque haya quienes se quejen de esto cuando la compu va a parar a las manos de un morocho con gorra porque dicen que las usan para jugar , pero no digan nada cuando el beneficiario es su propio hijo, que ya tiene una y efectivamente la usa para jugar.
Soy Marcela Ledo, la madre de Alberto, el conscripto que desapareció en Tucumán y tenía como superior a César Milani, que firmó su acta de deserción, aunque muchos prefieran omitir esto y prefieran decir que son operaciones políticas de la "corpo", negando que desde 1984 existen denuncias contra este genocida.
Soy atea, y sin embargo no hago de esto una militancia, ni me río de quien practica una religión, porque en un mundo en el que la xenofobia y el fundamentalismo son moneda corriente, no hago más que fomentar el odio entre los pueblos".
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