-A fines del año pasado las relaciones entre gobierno y empresarios estaban en su peor momento. Maduro te había acusado de conspirar y no se veía, por ningún lado, la posibilidad de un entendimiento. En febrero y marzo, el gobierno, ante las protestas, hizo un llamado al diálogo, que en el caso del sector económico, se mostró más prometedor. Han pasado seis meses desde entonces y la pregunta es: ¿cómo valoras la situación actual?
-Es menos tensa que para entonces, cuando fui agredido 16 veces en cadena nacional. Hoy las relaciones son mejores. Luego de 15 años entramos a Miraflores, expresamos lo que pensábamos ("el país no está bien, Presidente") y si ahora nos dieran otra oportunidad, diríamos: "Presidente, el país está peor".
-¿Éramos conejillos de Indias de Giordani (Jorge, ex ministro del Poder Popular para la Planificación)?
-Absolutamente. Es el caso de alguien a quien le dan una fortuna "a ver si inventa algo". Y aunque uno puede probar algún tipo de tercera vía, quizás original, desde la perspectiva política, en materia económica es falso afirmar que hay un proceso de transición a una economía socialista.
-¿No estamos sufriendo los efectos de un plan de ajustes (los precios suben todos los días) sólo que no hay ajuste y por tanto no habrá recuperación a mediano plazo? Si las cosas están duras sin ajustes, ¿cómo serían si el gobierno lo llegara a aplicar?
-Eso demuestra que los controles no sirven porque los rubros más controlados son aquellos que registran niveles más altos de desabastecimiento e inflación. Es vano el intento de controlar los precios con una tabla Excel porque si lo haces los productos desaparecen y aparecen luego, por otro lado, con precios más altos. Como contrapartida, aquellos productos no sometidos a controles registran menos inflación y se consiguen.
-En noviembre decías que el modelo económico tiene las patas cortas, es decir, que no va a prolongarse en el tiempo. ¿Qué tipo de desenlace avizoras?
-La crisis llegó. Cuando te decía que no era de largo aliento tenía razón y de noviembre para acá se ha ido exacerbando. Hoy los indicadores económicos son los peores de los últimos 40 años. Tenemos la inflación más alta del planeta y un desabastecimiento cuyo alcance, en cifras, se pretende esconder a los venezolanos, incluso al presidente Maduro. El modelo llegó a una etapa en la cual ya resulta insoportable e inviable.
-¿A punto de eclosión?
-Los países siempre pueden estar peor. Hasta que aparece la protesta social. Entonces los gobiernos pueden rectificar. Creo que aquí ya se está manifestando el descontento tal y como lo recogen las encuestas. Ese, el peor de los escenarios, es el que Fedecámaras insiste en la necesidad de evitar porque no apoyamos la guarimba ni la protesta violenta. Ahora, está claro que el gobierno se debate en una serie de contradicciones internas que no le permiten adoptar las decisiones necesarias. En toda revolución hay dos tipos de dirigentes: quienes la hacen (la revolución) y quienes se benefician de ella. En la venezolana el segundo grupo es más numeroso que el primero.
-¿Quiénes, específicamente, deben ir al diálogo?
-Todos los sectores del país y obviamente los poderes púbicos, comenzando por el Ejecutivo y la Asamblea Nacional. Lo fundamental es que las medidas a adoptar surjan del acuerdo y cuenten con el respaldo de todos. Eso implica elevar el tono del debate. Ahora, sería arrogante suponer que Fedecámaras es la que debe enviar este mensaje. Eso le corresponde al gobierno. Pero sí hemos preparado una propuesta contenida en un documento, "Compromiso con Venezuela" que vamos a presentar a lo largo y ancho del país. Así, demostramos que no solo protestamos sino que proponemos. Que no somos los chupadólares ....
-Que explotan a los trabajadores.
-Esa matriz de opinión está superada. En una encuesta que hemos encargado encontramos que el 66% prefiere trabajar con la empresa privada. Mientras éste trata con un solo sindicato, nosotros nos reunimos con 15 centrales de trabajadores.
-¿No serán los pobres los perjudicados con cualquier plan de ajustes de la economía?
-Es fundamental la forma en que los gobiernos asuman los ajustes para evitarle sufrimiento a los más necesitados. Habrá recursos, producto de la reestructuración, que deben destinarse a ellos. Ejemplo concreto de estos es la gasolina. Todos los venezolanos saben que el precio actual es absurdo. Pero hay quienes no podrán pagar un precio mayor. Entonces quienes sí podemos hacerlo debemos asegurarnos de que esos recursos vayan, por subsidios no directos, a los más necesitados.
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