*Nosotros no bajamos a los barrios como una cuadrilla de limpieza ni a repartir nada. Cuando la gente se involucra y cuida las cosas, se quiere más, vive mejor, se puede organizar. No hay organización posible si no hay autoestima. No sabemos qué expresión electoral tendremos, pero estará bien lo que resulte. Nuestro trabajo es a largo plazo. Nosotros abrimos. Hoy parece que el peronismo es lo que abarca todo, pero hay que ver qué piensan los pibes, si se sienten tan representados de esa manera como para decir que son peronistas y ya está. Lo que se escucha es Cristina. Los veo muy de ir con lo propio. Están muy decididos. Y eso es lo que no ve ni siquiera gente que nos ha venido acompañando. Ven a los pibes y se enervan. Nos dicen soberbios. ¿Por qué soberbios? ¿Uno defiende su posición y es un soberbio, y se tiene que bancar que vengan y te insulten y te digan que todo anda para la mierda y, de esa manera, callado, uno estaría demostrando que es democrático? ¿Y qué sería lo democrático? ¿Que el que sacó el 16 por ciento le diga lo que tiene que hacer al que sacó el 54? Que digan lo que quieran, nosotros seguimos. La Cámpora no es ni dogmática ni pragmática en exceso. Esa permeabilidad nos permite seguir ampliando bases.
*Los medios se centraron últimamente en el ataque a la juventud en general, y a algunas organizaciones juveniles en particular. Dicen que todo se hace por contratos, por cargos. Ese cliché. Y mientras tanto no se ocuparon de los pibitos que son usados para vender drogas, para delinquir o asesinar. Se olvidaron de un montón de cosas. El eje de ataque de algunos medios fue la juventud que hace política. (...) Estamos dispuestos a discutir todo lo que sea, lo que haga falta. Pero que nos ataquen cerrilmente mientras obvian otras cosas muy graves que pasan alrededor del tema de los jóvenes, por acción u omisión... En este país hay muchos jóvenes trabajando seriamente por otra cosa. Hay que alentar esas acciones. Si uno pretende que la sociedad cambie desde el desánimo, no cambia más. Por eso siembran desánimo.
*Creo que el principal derrotado en las elecciones del año pasado fue el odio. Habría que ver la Capital Federal en ese sentido, ahí todo tiene otra composición, pero lo que pasa ahí no es lo único que pasa. En líneas generales en todo el país lo que fue furiosamente antikirchnerista no cuajó. Uno ve cómo termina De Narváez, que se paró ahí, en el “Ella o vos”, que le había ganado a Néstor Kirchner, que tenía la fórmula de la Coca-Cola, y lo ves terminar boqueando con Plaini, con Moyano, y que fue del treinta y pico que creía que tenía al cinco por ciento. La política es muy dinámica. Lo que sí es claro es que hay proyectos que electoralmente se vienen sosteniendo. Esos proyectos pueden tener a veces más o menos votos, pero es eso lo que finalmente se plantea a través de las ofertas electorales, los proyectos. En octubre el derrotado fue el odio, salvo en el caso de Carrió, que representa a los sectores más recalcitrantes y conservadores de la Ciudad de Buenos Aires, donde se concentra la mayor parte del odio y el poder mediático. Como perdió el odio, esos sectores hoy apoyan a Massa, que es confuso. La propuesta de Massa es ésa, la confusión, un tipo que estuvo dentro del proyecto, que fue fronterizo, que en 2011 acompañó a Cristina muy contento. En cómo le fue en las elecciones pesó la asociación que hizo mucha gente entre su figura y las políticas de inclusión jubilatorias que llevó adelante este gobierno. Massa fue un administrador de los recursos que se obtuvieron gracias a consensos que costó mucho lograr, y no fue él el que los logró. Empezó su campaña diciendo que había que preservar lo que estaba bien y cambiar lo que estaba mal, de modo que los beneficiarios de la asignación, por ejemplo, no se sintieron amenazados. Aprovechó. Percibió que no había cabida para algo rabioso contra el Gobierno. Los poderes de siempre buscaron que los representara alguien más tamizado que los candidatos puramente odiadores, y Massa se deja usar en ese sentido. Pero va a tener que cuidarse, porque cuando te usan esos sectores, si no respondés fielmente a lo que te piden, de la misma manera que te impulsan te desechan.
*Cristina jamás planteó su reelección. Confunden las cosas. Cuando nosotros hablamos de llevar adelante un proyecto político en el tiempo, ellos permanentemente lo confunden con los tiempos institucionales. No hablábamos de eso. Nunca hablamos de eso. Cristina conduce un proyecto político y ha generado prole, lo cual a esos poderes de siempre les crea un problema. O sea: que haya generado prole le da la posibilidad de una continuidad en el tiempo, y es eso lo que nunca había pasado y a lo que se oponen férreamente. Eso le da una identidad que va más allá de su persona como candidata. Matrimonio igualitario, recuperación de Aerolíneas, de YPF, son todas cuestiones que cruzan transversalmente a la sociedad. Esa identidad que logramos no a través de palabras sino de hechos y gestión es lo que atacan brutalmente cuando atacan a La Cámpora o a las otras organizaciones políticas que acompañan este proyecto. Ellos tienen la necesidad, para llevar adelante las políticas económicas que les interesan, de que este proyecto político termine mal. Si uno repasa la historia argentina, a esos intereses siempre la violencia les sirvió para confundir y terminar imponiéndose. La violencia es una herramienta útil para ellos. ¿A quién terminó beneficiando una y otra vez la violencia social o política? A los sectores más concentrados de la economía. Sin excepciones.
*La reforma constitucional es una discusión pendiente que habrá que dar, no ahora, porque van a decir que es oportunista. Pero eso no quiere decir que en algún momento no haya que darla. El tema de la posibilidad de la reelección no pasa por una cuestión constitucional, sino por lo que la gente quiera. Si te vota o no te vota. ¿Qué era lo que decía Clarín en su momento? Pasan los gobiernos y Clarín queda. Claro. El sistema está organizado para que esos poderes, sea Clarín o cualquier otra corporación –porque a esta altura Clarín es un símbolo que lo excede–, puedan desarrollar sus intereses sabiendo que a lo sumo tienen que resistir uno o dos mandatos. Ellos quedan. Cuando Néstor habla de Clarín nunca habla sólo de Clarín, sino del ariete de los sectores concentrados. El ariete que con el tiempo, además de haber sido el vocero y, gracias a eso, se transformó el socio de esos intereses. Primero fue vocero, pero después le dieron Papel Prensa, después vino el cable, con nuestros errores. Después el campo, pero de esos sectores ya tampoco eran voceros sino socios... Los gobiernos pasan y son ellos los que están agarrados del poder.
*Los Alberto Fernández en política son una constante. No deja de doler, pero uno tiene que seguir. Cuando Néstor muere en Calafate, yo no lo quería traer. Yo quería que se quedara en Gallegos. No quería verlo rodeado de gran parte de la dirigencia política, los que lo habían difamado, le habían mentido, lo habían traicionado... Porque traicionarlo, y con De Narváez... Pero cuando vi a la gente, dije: “Bueno, esto es otra cosa.
*Lo que más bronca me dio el año pasado es que nosotros, en la tragedia de La Plata, en las inundaciones, nos pusimos a trabajar sin pausa, sin dormir, sin respiro, y en el medio de tantas necesidades nos encontramos con que el gran tema, el gran debate, fue pechera sí o pechera no, en esa discusión entre el compañero Andrés Larroque y el periodista Juan Miceli. (...) Yo me alegraría si pasa un desastre en mi barrio y aparecen pecheras radicales o troscas o lo que fuera, incluso Melconian con veinte pibes de amarillo, dispuestos a dar una mano. Creemos en eso cuando lo hacemos nosotros y cuando lo hacen los demás también. Que convenzan trabajando, no desde la tele. Que convenzan en el territorio, con capacidad de gestión. Porque para poner en marcha un operativo de organización tan grande como el que hubo en La Plata tiene que haber capacidad de gestión. Si no avanzamos así, ¿qué nos queda? ¿Volver a venderse por televisión?
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*Trato de comprender en qué nos equivocamos, pero también en cómo inducen a la sociedad al error, a actuar en contra de sus propios intereses. Sectores enteros son inducidos a votar contra sí mismos. Hay que estar atentos, porque después es tarde. Vos podés tener una propuesta de un modelo de país, pero si la Argentina no genera intendentes y gobernadores que administren seriamente los fondos de sus provincias, que además de lo que hace el Estado nacional ellos también redistribuyan sus presupuestos hacia adentro de sus distritos, no se puede.
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1 comentarios:
Máximo hizo un gran análisis de la juventud y del rol histórico del kirchnerismo. Esto no termina en el 2015 con el gobierno de cristina (más allá de que creo que Cristina va a seguir siendo la conducción política del proyecto). http://maximilianofernandezgrau.blogspot.com.ar/ Nota sobre Hugo Chávez, el hombre del siglo.
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