El ex fiscal jefe de la Corte Penal Internacional de La Haya -ex fiscal adjunto del juicio a las Juntas Militares en Argentina- compartió la siguiente anécdota familiar en el programa Octavo Mandamiento, de Metro (Clarín): "En el año 1984, mi tarea era manejar el equipo de investigación. 14 jóvenes de 25 años, que llamábamos a la gente que había denunciado en la Conadep y le buscábamos la información. Cuando iba a la casa de mi mamá, no podía creer lo que yo hacía. Ella le parecía muy mal. Ella lo amaba a Videla. Lo veía como el hombre que la había protegido. Mi abuelo era general, entonces mi mamá lo veía a Videla como su papá. Iba a misa en Olivos con Videla, entonces le parecía que era un error enorme el mío. Yo siempre pensaba: teníamos que ganar el juicio no solamente frente a los jueces sino frente a gente como mi mamá. Yo tomaba a mi mamá como representante de un grupo social que apoyaba a Videla. Gente como mi mamá, del empresariado argentino y parte de la sociedad argentina apoyaba a Videla. Yo pensaba que tenían que cambiar. Empezó el juicio, y cuando Adriana Calvo de Laborde, una profesora universitaria secuestrada embarazada, que tuvo su bebé cuando estaba secuestrada en el baúl del auto y ella contó su historia, esa noche mi mamá me llamó por teléfono y me dijo: "Yo todavía lo quiero a Videla pero vos tenés razón y tiene que estar preso"".
En 1998,
Moreno Ocampo levantó una gran polémica al pedir la libertad de Videla, acusado del delito de sustracción de menores.
Más acá en el tiempo, en 2011, prometió encontrar contenedores de viagra que el posteriormente asesinado Khadafi supuestamente había comprado para que sus soldados violaran a las mujeres de sus enemigos.
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