domingo, 14 de julio de 2013

El involucramiento, y el miedo a Lanata

Vicuña
–Es un activista de la participación electoral a la distancia en su país. ¿Cuál es su candidato?
–Apoyo abiertamente a Michelle Bachelet. Necesitamos vivir la política como un derecho y una necesidad de participación cívica. En mi país vivimos mucho tiempo en el que los jóvenes no participaban en nada, y hubo una bisagra que comenzó con la primera presidencia de Bachelet. En ese momento fuimos muchos los que salimos a abrir cabezas. Ahora mi país es otro y necesitamos seguir generando conciencia.
–¿Qué cosas cambiaron en Chile en esta década?
–Hoy mi país es otro. Todos los candidatos están hablando de la educación gratuita, o de los conflictos con la salud o en la dignidad en el trabajo y la igualdad. Estamos muy atrasados en algunos temas, pero lo novedoso es que se los está incorporando en la agenda cotidiana. El motor fue la gente joven de mi generación, pero ahora los políticos están obligados a mantenerlo.
 
–¿Cómo surge esta vocación de participación en política que ahora concreta como candidato a diputado?
–Siempre tuve la visión de un mundo mejor. Y, de golpe, algo impensado, un sueño diría, como es la creación y sanción de una ley, me abrió los ojos definitivamente: a fines de 2012 logramos la aprobación en el Senado, luego de un largo trabajo de charlas informativas y reuniones bloque por bloque. En lo personal, lo vivo como algo karmático: todo lo que a nosotros nos costó tanto en los ’90, hoy se hizo más fácil o al menos posible de acceder mediante la UMI y mucho más con la Ley de la Música. Esos logros tienen que ver con creer que se puede estar mejor. Por eso yo diría que mi caso es así... Un músico que en los ’90 iba en la dirección contraria al sistema, ahora puede asumir su rol ciudadano y participar en política. Siempre tuve en claro de qué lado estaba, del lado de los humildes porque yo vengo de ese lugar: vengo un barrio de Temperley con calles de tierra y falta de servicios. Hoy sigo del mismo lado, yo no cambio, el que cambió fue el paradigma de la época: desde el rock ya no sirve sólo criticar, hay que involucrarse, participar, hacer algo para cambiar.
–¿Por qué tomó la decisión de ser candidato?
–Integro esta lista porque siento que buena parte de los sectores de la sociedad están representados, algo impensado hace algunos años. Demuestra una clara apertura política, cuyo sentido es “todos tenemos que participar” y no “todos podemos participar”. Es la única forma de poder generar cambios. Si no, te quedás en tu casa puteando... No es la salida: hay que utilizar las mismas herramientas que siempre utilizaron los garcas de turno, hablo de la clase política que nos provocó buena parte de todos los problemas que hoy tenemos como sociedad. ¿Qué les pasa a esos tipos cuando algo cambia? No les gusta. En el caso de la participación de los jóvenes, eso está claro.
 
-En los últimos tiempos tomaste posición sobre temas de actualidad. -Me interesa expresar mi posición no para hacer activismo, sino para que quede todo bien en claro porque había mucha gente que pensaba que mi posición no es la que realmente tengo. Mi ideario político es el republicano y apunto con eso al funcionamiento político, no al partidario. No quiero ser parte de una pelea que tiene jugadores muy específicos. Cada uno de ellos defiende intereses que no son los míos. Tengo que manejarme con mucho cuidado y la situación a veces me excede
-El tema estalló hace una semana, cuando por Twitter anunciaste el alejamiento de tu productora 100 Bares de la Cámara Argentina de Productoras Pymes Audiovisuales (Cappa).
-No se trata de un problema de índole humana como el de los qom, sobre el cual voy a seguir opinando como cualquier ciudadano. Éste es un conflicto de intereses. Quiero ser claro: la política cinematográfica puede mejorarse, pero la ley del cine tiene mi apoyo enfático y total. Para dar ese debate y mejorar las cosas nos interesaba formar parte de Cappa, pero expresar nuestra posición desde un lugar independiente. Y cuando digo independiente no quiero decir tibio o sin compromiso, sino ligado a los legítimos intereses del sector. En cuanto nos ponemos a defender a algún tipo de partido esa independencia se pierde. Y nosotros no queremos entrar en esa discusión. Lamentablemente, desde ambos bandos se explotó el nombre más conocido. Y en el caso de Cappa, ese nombre era el mío. Y el titular no fue "Cappa emitió una dura condena contra lo que dijo Lanata". Era Campanella contra Lanata. Se personalizaron las cosas y no queremos participar en eso.

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