Blanck (Clarín): "Tres meses se cumplen hoy desde que Cristina Fernández salió de la escena. La prescripción médica debe ser cumplida de modo estricto. Eso no se discute. Pero no borra la ausencia, apenas la explica. Ni diluye la sensación de incertidumbre porque ella no está. (...) La impresión angustiante que por momentos se expande es que no hay gobierno. (...) Una sociedad que reclama que el lugar de autoridad sea ocupado sin dudas. El vacío nunca es bueno para una democracia como la nuestra, imperfecta, desaprensiva, impaciente y tan proclive a las soluciones mágicas".
Van der Kooy (Clarín): "En la desaparición pública de Cristina podría existir una mezcla de necesidad y conveniencia. Es cierto que los médicos le recomendaron trabajar largo tiempo a media máquina para su plena recuperación. Pero el retiro le permite también no exhibirse en el momento en que el Gobierno ha iniciado un ajuste desmañado del modelo económico. Esa es la conjetura que prende con mayor facilidad en la oposición cuando refiere al ausentismo de Cristina. Pero habría otra cosa: el cristinismo se propondría imitar el manejo que el chavismo hizo durante más de un año de la fatal enfermedad de su líder. Por largos períodos nada se sabía de Hugo Chávez mientras en Venezuela sucedían malas cosas. Sus súbitas apariciones –hasta que pudo– parecían encauzarlo todo. Una apelación a la magia que duró hasta su último respiro".
Morales Solá (La Nación): "La Presidenta tiene un problema: se ha quedado sin gobierno. Su larga ausencia, obligada primero y voluntaria después, y los graves conflictos que padeció su país mostraron funcionarios gastados, incapaces de resolver los problemas, desprovistos de cualquier sensibilidad política. Ya es casi palpable la necesidad política de Cristina Kirchner de hacer cambios profundos en su equipo de gobierno para enfrentar los últimos dos años, que son los más difíciles de todas las administraciones. Podrá negarse a hacerlos, como se negó siempre, pero es una alternativa que la condenará a irse acompañada por el mal recuerdo de los argentinos.
¿Qué mayor gesto de debilidad que la refinanciación de las deudas de las provincias a cambio de apoyo político de los gobernadores? ¿No era cristinista, acaso, la mayoría de esos gobernadores? Casi todos esos gobernadores están convencidos, ahora, de que Cristina Kirchner se ha quedado sola, al frente de un gobierno que se parece a los restos de un naufragio".
Sirvén (La Nación): "El relato pierde a su principal protagonista: se pasó de la presencia extenuante y excluyente de la Presidenta (cadenas, actos, Twitter, programa propio de TV, etc.) a su ausencia total, en una primera etapa, por sus problemas de salud y luego a un part time más que relajado. Eso, al principio, volvió menos áspera la vidriera política que se distendió aun con las elecciones de por medio".
Castro (Perfil): "La Presidenta sigue la realidad a lo lejos desde su lujoso reducto de El Calafate. Está ausente de la escena, pero ello no debe mover a confusiones ya que sigue al comando pleno del Gobierno. No hay medida que se tome sin su aprobación. Cada vez que hablan en público, los ministros se dirigen a ella, que seguramente los está mirando atentamente por televisión. El verdadero problema que enfrenta Cristina Fernández de Kirchner es la realidad. Cuando lo que predomina es la adversidad, la jefa de Estado busca la lejanía".
Morandini (Perfil): "El futuro ya llegó. Ni promesa ni amenaza. Tan sólo la realidad descarnada que ya no admite maquillaje ni impostación. Ya no alcanza con invocar razones abstractas y grandilocuentes como “el modelo con inclusión”, “la Patria” o agitar los lemas de barricada del “proyecto nacional y popular” porque frente a los dolores concretos de tantos de nuestros compatriotas, la verborrea oficial enmudeció. Ahí está como desolado símbolo de ausencia, el vacío de la Casa de Gobierno. Cerró sus puertas por vacaciones".
Mayos le pegan a Naranjeros
Hace 1 hora
1 comentarios:
Si lees idiotas, definitivamente vas a leer idioteces... Si lees golpistas empresariales... adivina?
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