¿Por qué negarlo?
Ya decíamos semanas atrás que el kirchnerismo había dado sus batallas: había ganado algunas, había perdido otras.
Y que varios actores centrales del país y del mundo habían resultado muy duros.
Ayer fue una jornada paradigmática en este sentido: el regreso de aquel viejo sentimiento desolador de que perdimos casi todos.
Que unos poquitos vivos y poderosos se salieron con la suya una vez más.
Eso sí: ayudados por funcionarios nacionales miedosos que no se animan a romper el molde y agarrar la posta que Cristina les está tirando desde hace meses, repitiéndoles en la cara hasta el hartazgo: "Yo ya no voy más".
Hoy, a la mañana, el dúo anuncia la flexibilización del cepo.
Ya lo había anticipado Navarro, tratando de poner paños fríos con la versión del Ministerio de Economía: el sueño del pibe, el del orden después de la tormenta, el control en medio de la espiral especuladora.
"El dólar llegó al precio que propuso Axel Kicillof el día que asumió como ministro de Economía: ocho pesos. El próximo paso será abrir el cepo y dar la batalla con el mercado para sostener un dólar único en el precio al que llegó este jueves.
Tanto Kicillof como el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, piensan que con un dólar a ocho pesos se normalizará el ritmo de liquidación de exportaciones y se reducirán las importaciones. Así se aliviaría la tensión cambiaria.
En los próximos días el Central saldrá a vender lo que sea necesario para que no supere el precio elegido. Así se dará la señal al mercado de que la devaluación terminó. "Ocho pesos es lo máximo que conseguirán los exportadores por cada dólar que liquiden", asegura el jefe de la cartera económica", publicaba en Minuto Uno.
"Entre los factores que han llevado a una situación de falta de divisas
y, por ende, de deterioro del tipo de cambio real producto del elevado
incremento de precios que sufre la economía argentina, habrá que
mencionar a la inflación, la devaluación del real brasileño, la cuenta
energética y la restricción externa que comprime las exportaciones y,
por ende obliga a un control más ajustado de las importaciones, todo eso
implica un escaso saldo de balanza comercial que restó reservas y
despertó las restricciones al dólar. A ello hay que agregarle la
delicada situación del agro, cuyos productores (soja) recibían la
cotización oficial del dólar menos el 35% de retenciones, lo que
constituía un bajo incentivo a ingresar los dólares al mercado de
cambios provocando la asfixia de divisas al Banco Central", complementa hoy Guarino en El Cronista.
Precisamente, el nuevo ministro de Agricultura, ayer, admitía crudamente lo evidente: ""La devaluación ha
generado en casi todas las economías vinculadas a la exportación un
clima de mayor tranquilidad porque efectivamente oxigena el sistema
(exportador) en términos de retribución y de valoración económica",
resaltó el funcionario tras un encuentro que mantuvo con empresarios,
exportadores y gremios de la pesca marplatense.
Casamiquela
afirmó: "personalmente creo que las devaluaciones generan un estado de
oxigenación" para aquellos sectores locales que venden su producción en
el exterior.
"Pero -continuó- hay que avanzar sobre las
cuestiones estructurales sino en épocas de tranquilidad no aprovechamos
para arreglar aquellas cuestiones que nuevamente aparecen cuando tenemos
dificultades, esto lo hemos discutido con los empresarios y con los
trabajadores también"".
Duda: ¿se conformarán con un dólar a 8 pesos?
El tema serán las paritarias. No olvidar el básico a 9 mil pesos, luego de la extorsión policial.
Y acá no hay Shell que valga.
PD: ¿le pueden avisar a los economistas cercanos al gobierno que ya pueden salir?
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